El clon, siempre lo digo, comienza en la escogencia. Entre las miles de canciones disponibles, el artista escoge reinterpretar "esta" en específico. Ahí ya hay un mensaje, una toma de posición, un concepto, incluso antes de que se toque la primera nota. En el caso de Johnny Cash, en especial en los clones que realizó al final de su vida, la escogencia la hizo para alimentar a ese personaje digno de biopics en que se había convertido. Por eso es fácil entender que en un disco homenaje al Jefe del año 2000, Cash haya escogido para interpretar justo la siempre perversa y ambigua "I'm on fire".
Bruce Springsteen - I'm on Fire
Johnny Cash - I'm on Fire