Doscientas cincuenta entradas, como la que cuento el vuelco total que dio todo mi universo, después de ese 3 de diciembre de 2011. Los primeros miedos, las primeras sonrisas y lágrimas, el primer día del padre, o su primer cumpleaños. La de cómo decidí acogerme a una reducción de jornada, y el rechazo que encontramos por ello. Los temas han variado mucho, desde curiosidades sobre los preparativos o los primeros avances de los pequeños, hasta post más comprometidos sobre corresponsabilidad, conciliación familiar, crianza, o sobre el adjetivo 'padrazo' que aún se empeñan en aplicarnos. Incluso ha habido tiempo para reinventar el blog con nuevos bríos, tras conocer a otros papás blogueros y toda la comunidad maternal en la red, o para unirme a grupos geniales con mi primer #ViernesDandoLaNota, el primer #MiércolesMudo, o el primer #SábadoDeSensaciones.
Doscientas cincuenta entradas como la de mi confesión.
Doscientas cincuenta entradas, como la de nuestra pequeña escapada a Londres con los peques el verano pasado, y su primer viaje en avión, u otras más mundanas como momentos agotadores, o episodios más problemáticos como los que nos dan los terribles dos años y los berrinches, episodios que nos llevan al lado oscuro, que no va a ser siempre post alegres y divertidos. Aunque también pueden ser los maravillosos dos años, y proporcionarte situaciones cómicas y geniales. Porque a veces no somos conscientes de lo que supone la suerte de tener mellizos. Y hasta me permito a veces el lujo de dar consejos y guías –¡infalibles!– como un gurú de tres al cuarto. O denunciar la mentira de la conciliación, o revindicar el papel social de la paternidad activa en este país.
Doscientas cincuenta entradas ya. Pero lo importante es que han servido para acompañar estos más de dos años y medio que ya tienen los pequeños padawanes. Y para hacerme más consciente de todo lo que pasa alrededor suyo, ayudándome madurarlo todo, a pararme a pensar y repensar en cosas en las no me pararía de no ser por tener el blog. Vamos a por la doscientos cincuenta y una...