Sinopsis:
Helen acaba de asesinar a su madre, que padecía demencia senil. Pero detrás de su espantoso crimen hay un pasado familiar doloroso que a todos -incluida Helen- pasaron convenientemente por alto. Ahora Helen debe hablar con su ex marido para que la ayude, pues rechaza ser condenada como una vulgar criminal.
A lo largo de 24 horas, esta novela explora la compleja relación entre madres e hijas y esposas y amantes, así como la línea que separa el amor y el odio.
”A fin de cuentas, matar a mi madre resultó sencillo. La demencia, cuando se precipita, logra de algún modo revelar el alma de la persona afectada por ella”.
Así comienza esta novela de suspense de Alice Sebold, la autora de Desde mi cielo. Brutal, descarnada, en varios puntos: certera.
Casi la luna ha llegado a mis manos un poco por casualidad, encontrada entre unas cajas y sin saber realmente cómo llegó hasta mí. De esta autora había leído Desde mi cielo (llevada al cine como The Lovely Bones) pero no había oído hablar de esta obra. A medida que iba leyendo el libro, no pude resistirme a buscar otras opiniones en foros o blogs, y me sorprendió la cantidad de reseñas negativas y bajas puntuaciones. Me sorprendió porque desde el principio me cautivó la lectura y de hecho la he terminado en 2 días (277 páginas en edición de bolsillo). Esto indica que: de una parte, he tenido más tiempo libre del habitual, y por otra parte, que no he podido parar de leer.
Entonces, ¿por qué tantas reseñas negativas?
Quizás porque es crudo y real, y tal vez sea en esos aspectos crudos en los que algunos lectores quizás no se sientan reflejados. Pero la lectura, narrada en primera persona, es muy ágil y te impele a seguir para averiguar cómo va a resolver la protagonista el tema del asesinato.
En varios comentarios de blogs veo que no comprenden bien la motivación de la protagonista para matar a su madre. Pero ¿desde cuando ha de existir una motivación clara para un asesinato? Es algunos casos, como el de esta historia, se ve claro que es un cúmulo de circunstancias que llevan a ese crimen. Execrable, sí, porque estamos hablando de matar a la propia madre aquejada de demencia. Pero la autora nos va llevando al pasado y vemos la relación madre-hija, tóxica desde sus inicios, y todo se va haciendo más claro. Una madre conflictiva que además, ahora, en su senectud, aquejada de uno de los peores males que le pueden suceder a un ser humano, la demencia senil, está perdiendo a pasos agigantados la dignidad. De ahí surgirán varios conflictos morales que confluyen en esa decisión repentina de la protagonista: acabar de una vez por todas. Y con ese gesto, acaba también parte de su conflictiva y maltrecha vida en la familia disfuncional en la que ha vivido.
El desarrollo de la trama tras el asesinato es ágil, pero por momentos también absurdo, como esa relación amorosa que surge con el hijo de su amiga. Lo interpreto como una huida hace adelante en unos momentos en que vemos que ese crimen va a ser descubierto. Es un poco como la relación Eros-Tánatos: esos dos instintos básicos que mueven al hombre.
Desde luego, no pasaría ni medio capítulo de CSI que ya hubieran dado con la asesina, porque su actuar es torpe debido a que no es un crimen premeditado y mezcla el intento de ocultación de pruebas con actos de amor hacia la madre.
La relación con su ex-marido, que vuelve para ayudarla a ocultar el crimen me ha parecido muy buena idea para retomar aquello que se quedó pendiente entre ellos y que parece seguir ahí, la complicidad entre dos seres que aún se aman por encima de todo, incluso de la muerte. En cuanto a sus hijas, vemos que su alejamiento tiene una razón de ser, siempre en relación a su infancia y pasado con ese padre amoroso pero ausente que a pesar de todo, amaba con locura a una madre atípica que lastra las vidas de todos.
El final, con suspense, queda abierto. O no. Depende de cómo lo interpretes. Y es un final adecuado para el tipo de historia y el desarrollo que hemos ido viendo en el personaje.
En definitiva, es una novela dura en su inicio, que te enfrenta con la realidad y dureza de la demencia senil, pero tras el crimen, las ideas y venidas de la protagonista te llevarán a conocer su historia de fondo, tan triste como otras, tan real, como muchas.
Estoy solo en el último tramo de la ausencia y el dolor hace horizonte en mi demencia.
Manuel Maples Arce