Casi un Parto Vaginal después de 2 Cesáreas - PVD2C

Por Amormaternal

Hace poco más de un año, conocí a Dessy a través de Twitter. Coincidimos muchas veces en esta red social de 140 caracteres y tuvimos muchas pláticas acerca de lactancia materna y de parto natural. En esa época, Dessy se encontraba al inicio de su tercer embarazo, y se preparaba para una tercera cesárea. Tras varias conversaciones y largas lecturas de su parte, algo en ella cambió. De eso vamos a hablar hoy, en la entrevista que me ha concedido para Amor Maternal, dentro del marco de la celebración de la Semana Mundial del Parto Respetado.
Dessy es madre de 2 preciosas niñas, Priscy, de 11 años y medio, y Pame, de 9 años de edad, ambas nacidas por cesárea. JP, el más pequeño de la casa, ha tenido un nacimiento bastante diferente al de sus hermanas. Dessy está casada con Alberto, su novio desde los 16 años y viven con sus 3 hijos en México.
Casi un PVD2C / VBA2C
  • Tus tres hijos nacieron por cesárea, ¿cierto? Según he leído, algunas madres que han tenido cesáreas sienten que les han robado el protagonismo en un momento muy importante de sus vidas, ¿Qué sentiste tú? ¿Fueron necesarias todas?
Asi es, tengo 3 cesáreas. En mi caso, más que protagonismo, sentí que me quitaron lo que era mi derecho, mi libertad de parir. Siempre me ha gustado todo lo natural, o más bien ir de la mano con mi naturaleza. Durante el primer embarazo me preparé con clases de yoga para parto, caminaba mucho, tenía una alimentación sana etc. En el 5to mes de embarazo conseguí el médico con el que me seguí atendiendo durante los años siguientes.
Mi fecha probable de parto era el 1 de noviembre. Un mes y una semana antes, el día de mi Baby Shower tenía mi cita y me comenta el doctor que la placenta estaba muy madura, que había poco liquido y que de continuar así me harían cesarea. Recuerdo que me pasé el día llorando, toda la tarde triste mientras que mis tías y mi mamá estaban con el festejo. Me sentía incluso mal de no estar completamente presente en la celebración. A partir de ese día mis contracciones de Braxton Hicks - que ahora dudo lo fueran - se volvieron más constantes. Un día antes de mi cita con el doctor, es decir, la semana siguiente, estaban cada 58 seg.
Fuimos a la cita a las 10 de la mañana, me examinó, puso un monitor al bebé y nos dijo que había la posibilidad de que por el estrés, me pusiera en trabajo de parto al irme a casa y que la falta de líquido haría que mi bebé sufriera y yo sabía cuáles eran las consecuencias de eso.
Quisiera hacer una pausa, para comentarles un error muy grande que cometí, mi confianza ciega en el médico, por lo que yo no le cuestionaba nada, creia al 100% en él y en sus consejos, además tenía muy pocos conocimientos acerca del parto en ese momento de mi vida.
Ese mismo día nació Priscy, yo estaba amarrada de los brazos por una reacción de la anestesia, recuerdo la plática del doctor y su ayudante, quienes no dejaban de hablar de ellos y sus familias. Cuando nació la nena, la acercaron a mí ya limpia, apenas le vi sus pies, no recuerdo su carita en ese momento y aún me da tristeza saber que sólo toqué sus pies, sus deditos y no la volví a ver hasta el día siguiente. Su papá salió con ella a enseñarla a su familia pues el pediatra se lo ofreció, jamás me miró para ver si quería al menos estar un rato más con ella. Ahí me quedé sola, escuchando a los doctores hablar, sin bebé, sin saber qué seguía y cuándo la vería de nuevo, partida en dos.
Ya en la noche, en la habitacion, mi marido iba y venía con videos de ella y yo me moría de ganas de tenerla ya conmigo. Fue doloroso saber que mi niña era cuidada por otros, sin haber verdadera necesidad. Nació 4 semanas antes de término, permaneció 5 horas en incubadora y su lactancia fue muy difícil.
Con Pame fue diferente. Todo el embarazo supe que sería cesárea, no me preparé para un parto pues en una ocasión el médico nos dijo: "La mujer perdió su posibilidad de parir el día que el ser humano se puso de pie, además para qué quieres batallar, vas a tener a tu bebé bonita con la cabeza redondita sin sufrir nada.". Cuando se lo planteé, mi marido puso cara de ¿? y después le vi la esperanza en el rostro, pero era definitivo y yo creia que el médico tenía razón. De nuevo los mismos dos errores de mi parte: confianza ciega e ignorancia . Un 10 de enero nació ella, en medio de un cólico renal que me puso alerta a las 37 semanas de gestación, en la segunda innecesárea de mi vida. Esta vez el pediatra le dijo a mi marido: "No, la bebé es de su mamá y no se saca [del quirófano], primero estará con ella.". Fueron sólo unos pocos minutos pero para mí fueron suficientes.
  • Y luego en mayo, te enteraste que esperabas a tu tercer hijo. ¿Qué cambió dentro de ti? ¿Estabas resignada a tener una nueva cesárea o querías intentar un PVDC? (Parto vaginal después de cesárea)
Sí, en mayo supimos del bebé en camino, es nuestro regalo definitivamente, pensábamos tener otro hijo pero nunca pusimos fecha. Sólo lo decíamos entre nosotros dos, decidimos que era el momento, pero fue cuando Dios quiso. Este embarazo fue muy bello, los 4 en casa lo gozamos mucho, siempre llena de energía y feliz.
Si estaba resignada como dices, hasta que supe que había la posibilidad, que otras mujeres lo intentaban con éxito (por ti de hecho) me dió un rayito de esperanza, investigué un poco al respecto y al final del 4to mes le dije a mi doctor que quería intentarlo. Nos puso la situación de un modo que me quitó toda esperanza de lograrlo. Quería dejar ese tema de lado y así lo hice durante algunos meses pero algo dentro de mi (quizá mi bebé) me decía que no desistiera del tema. Contaba con el apoyo total de mi pareja, estaba segura de que mi cuerpo podía, así que decidimos hablarlo nuevamente con el médico; esta plática la empezó mi marido, le decia: "...y si ella esta empeñada en que sea parto, ¿contamos contigo?", el doctor contestó que no, que él no se arriesgaría, que podía romperse el útero y en fin todas esas cosas que aquellas que han intentado un PVDC sabemos bien.
Nos dio cita para el mes de enero y quiso fijar fecha para la cesárea antes del 21, la fecha probable era 2 de febrero y mi marido y yo estábamos muy ilusionados, con que así fuera. Dentro de la resignación, era la fecha queríamos. Otra cosa que no salía bien :(
Una de esas noches, después de haber visto muchos videos de PVDC y partos respetados, antes del 14 de enero, estaba sola en el baño y comencé a llorar desesperadamente, era un llanto que sacaba un sentimiento extraño, de abuso, de que te roban algo. Lloré mucho sola, recordé mis cesáreas, me vi sola en la sala de recuperación, sin mis niñas. Al día siguiente se lo conté a mi esposo con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta y me dijo: "Vamos a buscar quien sí, yo estoy contigo, sé que puedes y vamos a hacer lo que haga falta."
Esta de más decirles que sin ese apoyo no hubiera ni siquiera podido pensar que podría lograrlo...
  • ¿Y dónde encontraste el apoyo para cambiar tu decisión?
En mi marido, en mis amigas, muchas de las cuales conocí a través de Twitter, como a Isha, a Ada y a ti. Es curioso cómo algunas huyeron cuando más las necesitaba, gente que decía ser mi amiga de corazón a pesar del poco tiempo de conocernos, también en gente que no conocía y llegué a querer mucho, con ese cariño de las mamás que me decían que sí se podía, otros amigos que me echaban porras diario y preguntaban cómo iba el embarazo. Es increible como sentía a tanta gente a mi lado aunque ellos no lo supieran, y se convirtieron en mi familia a partir de entonces.
También a la gente de El Parto Es Nuestro y la lista de Apoyo Cesáreas que me tendieron la mano. Es bonito e indispensable rodearse de gente positiva que te dé ánimos y fe en ti misma para lograrlo y que la gente negativa o los comentarios bien intencionados no te afecten. 
El medico que me atendió fue el doctor Alejandro Calanda. Aquí en mi ciudad es de los pocos que apoyan el parto natural y respetado en el sector privado, así que lo consulté y tanto mi marido como yo estuvimos más seguros y tranquilos, nos aconsejó tomar clases de preparación al parto. Fueron de mucha ayuda y me dieron mucha confianza para seguir. Fue una pena no tener una doula pero tuve a mi lado a un apoyo maravilloso, mi marido no se separó de mi y fue una especie de anestesia.
  • ¿Qué lecturas o recursos recomendarías a otras mamás, bien sea aquellas que planifican una cesárea, sea electiva, necesaria o no, y aquellas que quieren un parto natural o parto natural después de cesárea?
Ver muchos videos de parto y observar lo que sucede. Como recursos, recomiendo dos libros maravillosos: Parto sin dolor de Consuelo Ruiz y Pariremos con Placer de Casilda Rodrigáñez, para mí fueron una especie de reprogramación - un cambio de chip interior. Prepararse con información sobre el parto en general, olvidarse un poquito de la cesárea y pensar en un parto como meta, también es de mucha ayuda.
Hablar con mujeres que han parido antes y que sepan de partos respetados, mujeres felices con sus partos porque luego es traumatico escuchar historias trágicas. Creo que debemos tener estos círculos de mujeres donde hablemos libremente y con amor de nuestras experiencias para apoyarnos unas a otras.
  • Me comentaste  que llegaste muy dilatada al hospital para tu tercer parto, y plenamente dispuesta a parir de forma natural, ¿De cuántos centímetros estabas al llegar y cómo transcurrió el parto?
Empecé el jueves con contracciones sin dolor pero tranquilas, el lunes estaban algo más intensas porque ya tenía cólico y eran algo frecuentes. En la madrugada del martes, el cólico me despertaba y volvía a dormir, a eso de las 7 me levanté y me di cuenta de que el tapón mucoso había salido. Le avisé a mi marido que estaba medio dormido el pobre y creía que teníamos que correr. Rompí la fuente a eso de las 10 am, con cada contracción respiraba y vocalizaba, fue muy lindo.
No era lo que yo esperaba, nos lavan el coco con las películas o soy de otro planeta porque ese dolor de parto es hermoso, al menos para mí lo fue, no es como un dolor de muelas, o de cirugía, es diferente y muy especial.
A las 12 fuimos al doctor y me examinó, tenía 2 cm de dilatación y me regresé a casa dónde seguimos con las contracciones. Al llegar deberían ser de unos 6 cm porque en el chequeo fueron 7 cm y antes de ir a quirofano llegué a los 9 cm. Salí de casa con contracciones cada 3 minutos. Mientras estaba en la casa, mis niñas me besaban entre cada contracción, fueron momentos inolvidables en la familia. A las 5 nos fuimos al hospital, yo iba adelante en el asiento de espaldas al frente del coche porque si me sentaba, el dolor era diferente y molestaba muchísimo.
Entré de pie al hospital, sólo me detuve de una silla de ruedas en la última contracción fuera del cuarto. Pretendíamos que el parto fuera en agua pero al monitorearlo, el bebé no estaba muy bien del todo. De pronto había meconio,  aunque las contracciones estaban intensas, yo me sentía muy tranquila, pero era el momento de que este bebé saliera, Ya no podia esperar más y algo dentro de mí me lo dijo, así que ya no traté de negociar con el doctor que me habia dicho que al primer signo de sufrimiento, operaba.
J.P. nació llorando, dejó de hacerlo cuando su papá se acercó y le habló. Nació en una cesárea respetada lo más posible, a pesar de los problemas que tuvimos y justo en el momento en que me lo acercaron y le hablé, abrió por primera vez sus ojos y la impronta me llegó, lo amé aún más de lo que pensaba.
Me doy cuenta que las mujeres estamos preparadas para parir, podemos hacerlo porque nuestra naturaleza esta destinada a ello y no hay motivos para que no sea así a menos de los casos especiales. Jamás le pagaré a la vida la dicha de haber tenido esta oportunidad de sentir mi parto aunque no llegara al final de manera natural. ¡Fue maravilloso cada momento! Fue una gran idea permitir a mi cuerpo hacer el intento. Por cierto la heridas anteriores estaban cerradas por completo, ninguna de las cicatrices de mis anteriores cesáreas se abrió ni medio milimetro durante la labor de parto.
  • A pesar de no haber logrado un PVDC "completo" por llamarlo de alguna manera, intuyo que el haber llegado a "casi parir", porque estabas ya de 9cm te debe haber transformado, cuéntanos más al respecto...
Sí, pero es una transformación muy linda, soy más paciente, aprendí a darle tiempo a la naturaleza, a respetar los ciclos de la vida, me volví cíclica, descubrí que puedo parir, que somos tan fuertes y poderosas como ese hermoso dolor que fluye con tu cuerpo en un parto natural. Ese horrible sentimiento de abuso desapareció, al fin tuvimos la oportunidad de esperar y de experimentar el don de ser madre desde el inicio del ciclo. Para mí fue hermoso y estoy lista para mi PVD3C pero dentro de unos años que a mi principe azul aún le falta un buen para hacer de las suyas en la casa.
  • ¿Cómo va la lactancia materna? Si pudieras comparar el inicio de la lactancia que tuvieron tus tres hijos, ¿qué diferencias hallas entre ellas? ¿Qué consejos darías a una futura mamá con respecto a la lactancia materna y su relación con el parto, o con una cesárea?
La lactancia va de maravilla, a libre demanda como con las niñas. No tuve problemas salvo en la primera, se dio muy tardía la bajada de la leche, nadie me decía que solía pasar. que fuera paciente, nadie me decía cómo hacerlo porque yo jamás habia visto una madre amamantar a su bebé. Siento que también influyó muchísimo la separación tan grande con mi niña, fue como si me la arrancaran de golpe y no viví ese momento como con su hermana, al menos abrazarla o sentirla cerca de mí. El mejor consejo que les puedo dar es que se escuchen a si mismas, la naturaleza nos ha preparado para saber qué hacer y debemos dejarla actuar, pero sobre todo debemos luchar por el derecho que tenemos, a parir, en un parto respetado, informado y lleno de amor.
  • Vives en México y tienes una asociación que lucha por los derechos de las madres lactantes, Prolacmat, cuéntanos más al respecto.
Sí, en Monterrey, y la creamos mi marido y yo hace unos 10 años. Inicialmente para fomentar la lactancia pero más que nada para apoyarla, darle a las madres ayuda moral, apoyo, pero hemos visto problemas económicos para registrarla. Son muchas cosas que cubrir cuando uno quiere sólo ayudar. Queríamos colocar bancas en los centros comerciales donde las madres pudieran sentarse a amamantar a sus bebés tranquilamente porque yo lo hacía sentada en el suelo a veces ya que si había una banca, las otras personas que estuvieran sentadas, me daban la espalda porque tenia el pecho fuera - y eso debe ser mucho más vergonzoso que traerlos fuera sólo para exhibirlos.
Queríamos letreros para fomentar la lactancia materna, pero en estos meses cambiaron muchas cosas; entre ellas Prolacmat, A.C. Ahora quiero que sea para apoyar a las madres en su embarazo, parto y lactancia. Ya ves, este pequeño ha cambiado también mi forma de pensar. Me di cuenta de tantas dificultades que estoy decidida a luchar porque un día no tengamos que etiquetar si es o no un parto respetado, un nacimiento humanizado o si le das teta a tu bebé dónde y cómo quieres. Después de todo el parto es nuestro ¿o no?
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Además de madre, Dessy se dedica a dar terapias alternativas para la salud, tales como aromaterapia, Flores de Bach y reflexologia en pies y oreja con acupuntura, hace scrapbooking como hobby y escribe en su blog Inspiration Bleue.
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