Dice que va un político gomero a Madrid y termina como noticia polémica de última hora de todos los medios de comunicación nacionales… Así podría empezar un nuevo chiste sobre gomeros qué más que hacer gracia lo que haría sería empeorar aún más la situación del embrollo en el que se ha visto envuelto el Presidente del Cabildo de la Gomera, Casimiro Curbelo.
El pasado jueves, la noticia recorría todas las redacciones informativas, habidas y por haber, y más cuando en la información recibida se encontraban las palabras: político, detención y madrugada. Pero lo que le daba aún más valor a la noticia era la cantidad de especulaciones que se podían hacer al respecto tratándose encima de un político detenido por presunta agresión.
Curbelo, como dicta la prensa, fue detenido después de agredir a un agente de la ley a la salida de un bar de copas, también tras romper una mesa en un local de alterne y provocar una pelea en una sauna. Y yo ante una información tan diversa no puedo más que creer que solo fue detenido. El acusado por su parte ha criticado la manera de informar de los medios de comunicación ya que según su versión, ninguno se encargó de contrastar los hechos antes de publicar la noticia.
El senador y Presidente de la Corporación Insular Gomera ha afirmado en su alegato, que fue detenido por defender a su ahijado y puesto en libertad al comprobar el error en el que incurrían los agentes ya que tenía inmunidad diplomática. Lo que tampoco me acaba de quedar muy claro. Si te detienen porque algo estás haciendo o alguien lo está haciendo, y aunque te identifiques y resaltes tu privilegio, no se explica como acaba todo el asunto en comisaría.
Como digo, lo mejor en estos casos es esperar a que sea la justicia la que dicte sentencia y una vez que sepamos toda la verdad, hablar de ello. No es la primera vez que se ahorca a un reo sin pasar éste por el estrado. Yo y sólo por si acaso y para adelantar en la investigación, voy a darme un paseo por los presuntos locales implicados a ver si saco algo en claro, es por ello que solicito inmunidad diplomática también, no sea que la cosa se me escape de las manos…
Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…