¡Bueno gente, que en breve se estrena 'SPECTRE'!
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Nah, me da un poco igual. Creo que a estas alturas está claro que no soy fan de la saga 007. Me gustan unas pocas, pero a rasgos generales la fórmula me acaba aburriendo, así que he ignorado como la mitad de la franquicia, aunque me alegra decir que he visto al menos una vez a todos los actores que han encarnado al personaje. El caso es que aunque 'Skyfall' está entre las que molan, y bastante, la inminente nueva entrega me crea una total indiferencia. Pero eso no quita que sea interesante hablar de la peli de la saga que más se merece un hueco en el blog. La mejor con una diferencia aplastante. ¿Será porque es la que más se aleja de la fórmula? Pues quizá. Porque 'Casino Royale' no es una entrega más, es una PELÍCULA, punto. Una muy buena, además.
Martin Campbell bien, ¿no? Al menos en lo que respecta a Bond. Parece tener la habilidad de recoger la saga cuando a nadie le importaba un carajo y no solo devolverle el brillo sino darle un nuevo enfoque. No es que 'Goldeneye' sea tan rompedora como 'Casino Royale', pero por Dios, fue la primera vez que Bond tuvo una peli que parecía un blockbuster caro y moderno. Había "nivel", simplemente se notaba. Es que no sé, Judi Dench como M. Con dos cojones.
9 años después, Campbell vuelve y esta vez sí que lo pone todo patas arriba, haciendo, de hecho, un reboot. Qué curioso que 'Batman Begins' triunfase el año anterior. No menciono esto porque sí. Ambas encuentran su fuerza en la fidelidad al material original y en plantear la cinta como si estuviese protagonizada por personas y no por estereotipos o iconos. Ese era el problema de Bond. Con la manía de mantener vivo el espíritu que lo convierte en eso, un icono, se dejaron a medias los pocos intentos de hacerle parecer un humano (Lazenby, Dalton). Pero los tiempos han cambiado. Con esta ya se dejaron de tonterías para hacer de James Bond un héroe de acción acorde al siglo XXI. Y se ve desde los créditos. En serio.
En vez de las clásicas y sugerentes siluetas de mujeres desnudas tenemos a Bond cargándose a un montón de tíos. Este señor es un asesino, una bestia parda arrogante, temeraria y con algo muy oscuro por dentro, pero también con una vulnerabilidad física y emocional evidentes. Y Daniel Craig te vende todo eso como si nada. Parece que han escrito esta versión del personaje expresamente para él. Y sí, a mí dadme esto en vez de... todo lo visto anteriormente. Entiendo que el Bond más clásico tenga tantos fans, pero era un cine que parecía estar a parte. Era un género en sí mismo, y muchas veces es difícil de tragar. Esto es una historia terrenal y bien escrita, con un guion que no gira en torno a descabellados planes malvados ni a estrafalarias escenas de acción. Nada de gadgets, nada de Q, nada de Moneypenny, nada de modelos mongólicas a las que seducir/forzar. Entendería comentarios del tipo "¡es que entonces no es Bond!" si no fuese tan fiel al libro. Pero lo es, así que habría que mirar si el concepto del personaje no se ha ido "corrompiendo" película tras película.
Vale, sabemos lo que no es esta peli, pero... ¿qué es? Pues acción, suspense, romance y drama. En ese orden, además. Campbell hace lo que sea mejor para la historia en cada momento, asegurándose de que todos los elementos del guion nos peguen tanto como deben. No es moco de pavo. Espectacular, intimista, visceral, elegante. Depende de lo que haga falta. Así, durante la primera hora del film predomina la acción, sin paridas visuales, dejando que la espectacularidad la pongan los especialistas, las localizaciones y el montaje, a la vieja usanza. Violenta, directa sucia, terrenal, como el propio Bond, que por primera vez sangra, suda y mata sin hacer bromas.
Entonces llega Vesper, nos metemos de lleno en el meollo de la trama, y ya me explota la cabeza.
Al fin y al cabo el núcleo del film es una partida de póker. Un segmento lleno de elegancia y suspense, un silencioso enfrentamiento intelectual entre héroe y villano. Bueno, eso si Bond no se pone nervioso al empezar a perder y decide que lo mejor es coger un cuchillo y pretender matar al hijoputa allí mismo. Una bestia parda, como decía.
Hablemos de Le Chiffre. De nuevo, se ponen los pies en el suelo. Un personaje que podría existir, pues es simplemente un banquero de terroristas. Aun así, ese ojo que llora sangre no puede ser más "villano Bond clásico", así que todo correcto. Además es responsable de la escena más impactante del film, esa en la que tortura a Bond de forma tan simple como efectiva. La escena funciona a varios niveles, no solo como "momento más duro para el héroe". La simplicidad y crueldad de la tortura, tan bien explicada por el propio Le Chiffre, contrasta brutalmente con previas escenas de tortura en la saga, dejando aún más clara, por si hacía falta, la intención de esta nueva versión.
Por otra parte, pocos momentos pueden mostrar mejor la personalidad de Bond que ese "me pica un poco... ahí abajo. ¿Le importaría...?". Así es como se crea un héroe fuerte, molón, y humano. Sabemos que esta sufriendo un dolor insoportable pero su reacción es lo que lo convierte en un "puto amo". Para resultar admirables, los héroes tienen que pasarlas putas.
Solo queda hablar de lo más importante, Vesper. Que es la mejor chica Bond no hay ni que decirlo, porque es que no hay color. Sin renunciar al atractivo físico (al contrario, es EVA GREEN), nos plantan a un personaje propiamente dicho que se comporta como un ser humano y que no es un trofeo. Ni Bond la ve de esa forma. Se enamora de ella. De verdad. Hay pique entre ellos, y es genial, pero también discusiones y momentos de verdadera conexión que lo cambian todo. La escena de la ducha ES la película, porque la relación entre ellos es lo que le da forma e identidad. Y es lo que definirá para siempre al protagonista. Hay que tenerlos bien puestos para dedicar el tercer acto a su relación, a ellos dos enamoradísimos y felices. Todo tiene su razón de ser, claro. ¿Sabéis? Bond aquí me recuerda a Batman en 'La Máscara del Fantasma'. Hombres rotos y avocados a una vida violenta y destructiva que gracias al amor de una mujer ven posible salir del agujero y llevar una vida normal. Entonces la mujer les rompe el corazón y acaban metidos en la oscuridad de la que querían escapar. Porque su durísimo trabajo es lo único que les queda. Está muy bien que la traición de Vesper sea obligada y que se suicide de forma tan gráfica ante la impotente mirada de Bond. No era mala en absoluto, y le quería de verdad. Por eso duele tanto lo de "la zorra está muerta". Si eso sumamos el final del film y ese primer "me llamo Bond, James Bond", pues ya tenemos formado al Bond frío e incapaz de conectar de verdad con nadie. Está claro que si 'Casino Royale' es la primera historia del personaje es por algo.
Poco más, ¿no? 'Quantum of Solace' es una secuela directa muy mediocre y 'Skyfall' es bastante cojonuda, aunque en un estilo más clásico. Como esta no hay ninguna. Y creo que mi opinión no es impopular.