Hace tiempo preteorizamos aquí en torno a la teoría de los güevos comunicantes que ahora vuelve a estar en primer plano siendo el denominador común la letra P al cuadrado y ese barreño de corrupción amasada que una vez se llamó Gurtel igual que otra fue Filesa y que siempre, como ahora oímos y repetimos, circuló en sobres siendo un tal Bárcenas el cartero de ahora.
El que sea conveniente, e interesante, volver a ella tiene su origen en la llamada que la teoría en sí nos hizo, aunque lo mismo lo oímos pero no escuchamos, entre los pasados sábado y lunes. El 2 Rajoy clamó travestido de monitor de plasma (sin que nadie investigara si fue realmente Rajoy o si fue la tele que le imitaba) que todo este (pen)último escándalo (que parece tocarle en el mismo corvejón) es… en dos palabras como Jesulín… “es falso”. En Berlín, apenas 48 horas más tarde, y con la pájara a su vera, el mismo señor, destravestido ya de tele, clamó “es total y absolutamente falso, salvo alguna cosa que es lo que han publicado los medios de comunicación”. Gloriosa frase para desgüevarse pero…, ¿qué pasó en esas apenas 48 horas para pasar de la afirmación tajante a la matizada con (¿intencionada?) torpeza?
En definitiva, que cuando alguien contó lo de las cuentas suizas del señor sobres éste sintió un pellizco en su güevera y de inmediato sus dedos se le hicieron huéspedes frente a tantos güevos a los que pinzar y les hizo entrar en acción empezando a recordar y lógicamente aventar aquellas
Y en esas estamos y más y peor aún que estaremos con lo que échate mano al güeval no sea que sobre para ti no haya pero pellizcos sí puede ser que sobren como para repartir.
A cuidarse!!