Castelo de Portel

Publicado el 11 abril 2022 por Gabriel Fernández Muñoz

El Castelo de Portel, se encuentra en el distrito de Évora, en Portugal. Se sitúa estratégicamente una de las estribaciones de la Serra de Portel ocupando una posición dominante sobre la villa medieval. Las primeras evidencias se refieren a la época de D. Alfonso III en la que aparece con el nombre de Portel Mafomede.

En la época de la Reconquista cristiana de la Península Ibérica, los dominios de Portel Mafomede se incluyeron en la donación hecha por Afonso III de Portugal en 1257, a João de Aboim. En 1261, el soberano autorizó la construcción de un castillo, de forma que el 1 de diciembre de 1262, João de Aboim acompañado de su esposa y su hijo, entregó la Carta de Foral a los habitantes del castillo de Portel.  Comenzó entonces la obra de construcción, que continuó bajo el reinado de D. Dinis, cuando después de la muerte del noble, el castillo volvió a ser posesión de la corona, en esta época se construye la cerca de la villa.


Durante la crisis de 1383-1385, Fernão Gonçalves de Sousa, alcalde de Portel, se puso del lado de Castilla y con miedo a los vecinos, les quitó las armas y refuerza la guarnición del castillo. Y fue en noviembre de 1384, durante el desarrollo de la campaña del Alentejo por parte de las fuerzas comandadas por Nuno Álvares Pereira, cuando partidarios del Maestre de Avis (futuro Rey D. João I) liderados por el padre João Mateus, les abrió las puertas del pueblo, facilitando la conquista y la rendición del castillo obligando a las fuerzas castellanas a huir. Sus dominios, tras la batalla de Aljubarrota, quedarían incluidos en la amplia donación de tierras y derechos que hizo el soberano Nuno Álvares Pereira, pasando por sucesión, a los dominios de la Casa de Bragança.

Bajo el reinado de D. Manuel I se remodeló la estructura del castillo durante los años 1509-1510, se construye una barbacana, una capilla anexa, dependencias varias y nuevas puertas, estando las obras a cargo del arquitecto real Francisco de Arruda, a instancias de D. Jaime, Duque de Braganza. Más tarde, a mediados del siglo XVII se acometen obras de reedificación de las murallas por encontrarse en avanzado estado de degradación.


Habiendo perdido su función defensiva, alejado de la línea y las principales vías de acceso al territorio del Alentejo, el castillo fue abandonado gradualmente hasta convertirse en una ruina en el siglo XIX. A principios del siglo XX, el conjunto fue catalogado como Monumento Nacional por Decreto, publicado el 23 de junio de 1910. 

El castillo, de estilo gótico, tiene una planta heptagonal reforzada por torres circulares en los vértices. Está dominado por una imponente Torre del Homenaje, de planta cuadrangular, de unos veinticinco metros de altura, dividida interiormente en dos plantas sobre la línea del adarve, ambas cubiertas por una bóveda en cruz de ojiva. El piso inferior servía de prisión. Se utilizó piedra de mármol en las esquinas y ventanas góticas. La puerta de acceso a la torre está en ojiva. Esta torre protege la puerta de acceso, al norte. En el lado sur, la Porta de Beja determina un eje vial interno en línea recta, conectando las dos puertas. El conjunto tiene tres puertas más, incluida la Porta do Relógio y la Porta do Outeiro. Se abre un aljibe en la Plaza de Armas y se pueden identificar los vestigios de la Capilla de São Vicente y las ruinas del palacio ducal. La defensa del castillo se complementó con una barbacana, de la que aún se conservan importantes tramos en el sur, norte y oeste, compuesto por una cortina reforzada por cubos de forma cuadrada. Es esa barbacana reconstruida por D. Manuel I, que corresponde a la puerta gótica rematada por escudos reales superpuestos.

Además de visitar este fantástico castillo en Portel se puede visitar la Capilla de Santo Antonio (siglos XVI-XVII), la Iglesia Matriz (siglos XVIII-XX), la Iglesia del Espírito Santo (siglos XVI-XVIII) o la Ermita de São Brás (siglos XVI-XVII), subir a los Moinhos de Santa Catarina desde donde se puede observar unas bonitas vistas de Portel. A pocos kilómetros se encuentra la Ermita de São Pedro (siglo XV-XVII), situada en el punto más alto de la Serra de Portel y desde donde hay unas espectaculares vistas del entorno. 

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