Castigos SI gracias

Por Titiroca

Cada vez es mayor el aumento de la tendencia a la crianza positiva donde el afecto y cariño es lo que predomina en la educación. Se dejan desterrados los castigos porque se consideran una humillación e incluso se cree que con ellos se anula la voluntad del niño.

Pero WTF!! No sé cómo interpretan los castigos aquellos que los consideran así, no sé si piensan que un castigo es pegar, maltratar, amenazar u otras aberraciones... pero nada más lejos de la realidad.

Se han estigmatizado los castigos como forma de educación porque su concepto se lleva a extremos pero como con cualquier cosa, no todo es blanco o negro. Se puede castigar con cariño y afecto. De hecho a esto se le llama asumir que cada acción tiene sus consecuencias. Y es la mejor preparación para la vida, aunque socialmente ahora no esté bien visto decirlo.

Los niños, en algunas etapas, sobre todo cuando están desarrollando su personalidad, presentan un patrón de comportamiento mediante el cual tienden a evadir y no asumir responsabilidad sobre las consecuencias de sus actos, adjudicando en muchas ocasiones dicha responsabilidad a otras personas, bien sea a otros niños, familiares, profesores, etc.

Es por ello por lo que si, por ejemplo, tu hijo está jugando con un juguete y lo rompe, se le puede decir con mucho cariño que hay que cuidar los juguetes y que si no lo hace se lo tendrás que quitar. Y si vuelve a suceder se lo quitas. ¡Eso es un castigo!, o una consecuencia a su acto de romper. ¿Se le está metiendo miedo? ¿Se le está humillando? ¿Se le anula su voluntad? Rotundamente NO.

Se le está educando a que acepte la responsabilidad de los errores, fracasos y principalmente las consecuencias, preparándolo para entender el por qué de lo que ocurre en su vida y aprender la tan necesaria e importsnte asertividad, porque no se puede permitir que un niño haga lo que considere y no asuma las consecuencias. ¡No! ¿Acaso un adulto puede hacerlo? Pues un niño tampoco, porque la educación consiste en dotarle del mayor número de herramientas para hacer frente a la vida.

Eso son los castigos, no debemos confundirlos con encerrar al niño en una habitación, pegarle, hablarle mal, decirle que es "malo", etc. Eso NO es castigar. No hay niños malos, hay acciones malas o equivocadas pero el niño no es malo. (Apuntar que en contadas ocasiones sí existen niños cabrones, fruto de la educación recibida y del ejemplo que ven en casa).

Pero lo que no podemos hacer es que todo sea un camino de rosas sin que se asuman responsabilidades porque la vida no es así y luego es cuando consecuentemente aparecen las frustraciones, depresiones, ansiedad, baja autoestima, criando adultos incapacitados por la idealización de la vida y la falta de madurez ante las adversidades.