Castillo de Haar. Una visita imprescindible en Utrecht

Por Veronica Cussi @touristear

El Castillo de Haar

El Castillo de Haar es una visita imprescindible si estás conociendo la ciudad de Utrecht. Se encuentra a las afueras de la ciudad a unos treinta minutos en coche o una hora si vas en transporte público.

La verdad que me encanta visitar castillos. En España es algo que hacemos muy habitualmente porque son una parte de nuestra historia. Pero en España es difícil encontrar castillos visitables que estén tan bien conservados y además habitados hasta hace muy pocos años. Así que cuando me surge la oportunidad de visitar un castillo como este, no le doy ni media vuelta y me organizo el plan para dedicarle una mañana.

El Castillo de Haar tiene este aspecto característico de " Castillo de cuento de hadas ", con sus torres redondas que culminan en un copete puntiagudo. Sin embargo, para mí, lo fantástico de este castillo es lo bien conservado que se encuentra.

El Castillo de Haar ha pertenecido siempre a la misma familia, la familia Van Zuylen. Es el castillo más grande de los Países Bajos y uno de los más importantes a nivel europeo. Sin embargo no siempre fue así. El origen del emplazamiento data del Siglo XIII. La primera construcción no era un castillo como el actual ni tampoco de este tamaño, era una casa grande, mas bien una mansión en la que se alojaba la familia Van Zuylen, de la nobleza Belga-Holandesa.

Durante los siglos XVIII y sobretodo durante el siglo XIX la casa cayó en abandono y estaba prácticamente destruida. Hasta que el heredero de la familia, Etienne van Zuylen van Nyevelt van de Haar, se casó con Helene de Rothschild miembro de la famosa familia de banqueros germano-judíos Rothschild. Esto supuso una clara mejora de la posición económica de la familia van Zuylen y permitió a Etienne reconstruir la casa de la familia, solo que en lugar de reconstruirla inició un proyecto completamente nuevo cuyo resultado fue el Castillo de Haar.

El dinero no era precisamente uno de los inconvenientes así que encargó al arquitecto que había diseñado el Rijksmuseum y Central Station el diseño del castillo, su nombre, Pierre Cuypers. El proyecto de reconstrucción-reforma duró 20 años nada menos y destacó por ser un de los más importantes y sobretodo único en su época. El proyecto de reforma abarcó todo el complejo, no sólo el castillo o su estructura, por supuesto el interior del mismo, pero también los jardines y la capilla.

El Castillo de Haar está rodeado de agua y parece que desde el inicio, su diseño ya estaba pensado para el uso que se le iba a dar en un futuro. Atender a invitados para impresionarlos. No está rodeado de agua por motivos defensivos sino para resaltar y destacar la magnificencia del castillo.

En los años 60 el Castillo de Haar adquirió relevancia internacional porque era aquí donde la baronesa Marie Helene van Zuylen venía durante un mes en los veranos. Eran famosas las fiestas que organizaba y a ellas acudían como invitados los miembros de la nobleza y la jet set de la época como Coco Chanel, Maria Callas, Gregory Peck, Roger Moore, Yves Saint Laurent, Joan Collins o Brigitte Bardot.

Te recomiendo de veras que te des un buen paseo por los jardines, son muy tranquilos y es fácil perderse para disfrutar del relax. Puedes además ver los ciervos que están en estado de semilibertad o hacer un pic-nic en algunas de las mesas que hay medio escondidas.

Cuando entras al interior del castillo, la primera estancia que verás es el Hall central o Hall principal. Era en antiguo patio de la casa, pero durante la reforma y restauración se construyó un tejado de madera que es una preciosidad , pasando a formar parte del interior. El hall tiene 18 metros de altura y parece una combinación de diseño entre una catedral gótica y un hotel de lujo, es francamente interesante.

El Castillo de Haar se había diseñado para atender a los invitados y este hall era el lugar donde se daba la bienvenida a los invitados, se les ofrecía una bebida, un lugar de descanso mientras traían su equipaje o donde esperar a que llegara su transporte si se iban de excursión.

También puedes visitar el comedor donde se organizaban las cenas. En este comedor hay un modelo del Castillo de Haar que es de azúcar. En esta habitación puedes ver algunas de las fotos con invitados famosos y de renombre.

Tras visitar el interior del castillo, nos fuimos a dar un paseo por los jardines y a ver los ciervos. Tuvimos suerte porque estaban de relax total, tumbados y rumiando, mirándonos fijamente. Supongo que se preguntaran que diablos hacemos haciéndoles fotos como locos. Estamos Vero y yo solos. Esto es lo que más valoré de la visita. No había muchedumbres ni masificación, la podías hacer completamente a tu gusto.

Al final le dedicamos unas tres horas a la visita, pero creo que estuvo genial. Nos lo pasamos bien, aprendimos cosas y disfrutamos. Espero que a ti te suceda lo mismo!