Castillo de Mendoza: “la viticultura ecológica te devuelve esa dedicación en la calidad del fruto, de la uva y, por tanto, del vino”

Por Vinopremier Dario Vinopremier @vinopremier

Así de sencillo explicó Marta Besga, enóloga de Castillo de Mendoza, su relación con la viticultura orgánica, hoy sello de identidad de este pequeña bodega de San Vicente de la Sonsierra.

La viticultura ecológica es un movimiento emergente, especialmente en Europa con mercados cada vez más exigentes y con un fuerte impulso a nivel productor para hallar esa ventaja competitiva que les permita hacer frente a las grandes campañas vitivinícolas. Castillo de Mendoza ha hallado precisamente en este compromiso con el medio ambiente su razón de ser y un éxito exportador que le lleva a comercializar el 60% de su producción, unas 150.000 botellas, en los mercados exteriores.

Uno de los vinos de esta bodega que más cabe destacar es el Vitarán Blanco Cepas Viejas 2014, un vino 100% viura de cepas antiguas que, con la fermentación en barrica, adopta el perfil de lo que se espera de un blanco de Rioja. Recién embotellado, es fresco, con una buena acidez y con el que Castillo de Mendoza ha encontrado el respaldo de su clientela: “Las bodegas no hablábamos bien de la viura, pero en los últimos años la estamos elaborando mejor y, ahora mismo, sí que veo que hay demanda por este tipo de vinos”. “De hecho, la bodega ha encontrado en el público alemán un gran receptor de este tipo de vinos, pese a la gran tradición de blancos que hay en ese país.

Mención especial merecen también otros vinos de la bodega como:

Noralba Crianza Ecológico, galardonado con Una Medalla de ORO en el concurso Mundial de Bruselas 2015, es un vino fresco, criado con roble americano y francés que muestra la elegancia característica del tempranillo de la Sonsierra. Es un vino de intenso color rojo picota con ribete rubí que recuerda aromas de frutos negros y rojos con notas de hierbas salvajes armonizados con los aromas tostados y especiados de la crianza en barrica nueva.

Chirimendo Maceración Carbónica, un vino que en boca se muestra amable, pleno, fresco y equilibrado con un paso fácil y un final aromático y persistente de carácter muy frutal. Y es que una lluvia de premios está avalando el trabajo de esta bodega, que ha obtenido galardones en todos los concursos nacionales e internacionales a los que se ha presentado durante el 2014 y el 2015. Los primeros premios en competiciones tan prestigiosas como el Ecovino y el Ecoracimos, además de los primeros puestos logrados en certámenes de Gran Bretaña, Bélgica, Alemania y Francia confirman a esta bodega riojana como una de las más reconocidas en las catas. Castillo de Mendoza disfruta de la certificación ecológica para 20 hectáreas, aunque practica la viticultura ecológica en todos sus viñedos. En los dos últimos años ha logrado duplicar su producción y los planes estratégicos a futuro apuestan por seguir creciendo a ritmo sostenible en elaboración de vino ecológico. Ante este crecimiento, Eloy Mendoza afirma que la búsqueda de la calidad es el principal reto que afronta el vino ecológico en España. “No basta con incrementar el número de hectáreas dedicadas a las vides ecológicas si no se producen grandes vinos”. Marta Besga añade que la bodega pretende trasladar a la botella la personalidad y singularidad del ‘terruño’ o ‘terroir’ en el que se encuentran las vides.
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