Título original: House of Cards
Director: John Guillermin
Guion: Irving Ravetch, Harriet Frank Jr, Stanley Ellin
Música: Francis Lai
Fotografía: Piero Portulapi, Alberto Pizzi
Género: Intriga
Reparto:
George Peppard, Inger Stevens, Orson Welles. Keith Michell. Perrette
Pradier. Geneviève Cluny. Maxine Audley, Ralph Michael. Jacques Roux,
Patience Collier. William Job. Peter Bayliss, Barnaby Shaw. Ave Ninchi.
Renzo Palmer
Argumento
Un
aventurero estadounidense, que vive desde hace tiempo en París, acepta
el encargo de ser el tutor del hijo de una dama rica que tiene como
parientes a exiliados argelinos, muy raritos todos ellos.
Siente
atracción por la madre del chico, que perdió a su difunto marido debido a
un atentado político, pero esta le rechaza pues no quiere saber nada de
hombres.
Según avanzan los días, el aventurero se da cuenta de que
en realidad, la mujer está prisionera dentro de su gran mansión y de que
la familia pudiente está compuesta por asesinos y desestabilizadores
políticos.
El resto sabe que lo sabe, lo que pondrá en peligro su vida.
Y es que, aunque la cinta sea en serio, no cabe duda de que existen en sus imágenes algo de irreal o al menos de surreal.
Uno/a no acaba de creer más que es solo un juego, donde a veces los personajes pierden la vida de forma violenta, pero que todo es como de broma.
Y no, no es así, pero el guión de Harriet Frank Jr e Irvingt Ratchell así lo parece. Y claro, no te la llegas a creer del todo.
Es bastante irregular, y alterna las buenas escenas de acción, situadas en marcos incomparables, como el circo romano, con otras con mucho glamour pero encorsetadas.
Excelentes intérpretes, algunos de ellos algo fuera de lugar, como el orondo y genial Orson Welles, que tiene los mejores diálogos, pero que al igual que otros personajes parece como de cómic.
Un film peculiar, que se sale de lo corriente y no convence del todo al no saberse con qué cartas juega en realidad.
Eso sí, el aspecto técnico es impecable, con una soberbia fotografía y una preciosa banda sonora a cargo de Francis Lai.