Hoy día tiene una atractivo especial, pues desde lo alto del castillo hay unas espectaculares vistas del embalse de Alqueva, que hace de frontera entre España y Portugal. También en el castillo y limitado por sus muros existe hoy día una curiosa plaza de toros, que durante las fiestas del pueblo (segunda semana de septiembre) se llena de vida con corridas portuguesas, música y comida.
El pueblo es encantador, con sus casas blancas y ventanas de hierro forjado, posee un importante conjunto monumental con la Iglesia de San Juan Bautista, la iglesia de Santa María con su cabecera romano-gótica y algunas casas palaciegas. Sin duda una visita indispensable.
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