Si alguien me preguntara cual es EL castillo del Loira por excelencia sin duda mi respuesta sería el castillo de Chenonceau. De visita obligatoria al ser el más espectacular y el más completo en su interior.
Precio: Hay que pagar obligatoriamente para verlo. El parking es gratuito y si un castillo merece la pena pagarlo… desde luego es este. La entrada oscila entre los 9,5-12,5€ según los descuentos aplicables. Si alguien se anima también es posible alquilar una barca para pasear el río Cher y navegar bajo los pilares del castillo.
Horario: 9 am- 20 pm, aunque creo que hay horario para realizar un pequeño paseo nocturno.
Chenonceau es también conocido como el “castillo de las damas”. El rey Enrique II de Francia se lo regaló a su amante Diana de Poitiers (ya viuda de su marido que tenía 40 años más que ella), esta relación fue un escándalo en la época, y ya no solo porque fuera su amante sino porque Diana tenía 19 años más que Enrique II. Aun así las proporciones faciales de Diana eran consideradas como canon de belleza asique eran 19 años más pero bien llevados.
Pero tal y como Nostradamus predijo en un torneo Enrique II fue herido con una lanza en el ojo, y cuando murió… su entonces mujer y reina (la legal), Catalina de Médici, lo recuperó expulsando a Diana del mismo y enviándola al de Chaumont.
Pero estas dos mujeres no fueron las únicas que vivieron en este castillo: Katherine Briçonnet, Louise Dupin, Marguerite Pelouze o Simone Menier vivieron entre estas grandiosas paredes.
SALA DE LA GUARDIA
Aquí era donde se encontraban los hombres de armas encargados de la protección. Si os fijáis en la puerta de roble podéis leer (en francés) “Si consigo construir Chenonceau, se acordarán de mi”. Y si alzáis la mirada hacia el techo os daréis cuenta de que en las vigas hay talladas dos “C” entrelazadas representación de Catalina de Medicis.
CAPILLA
Esta sala me resultó bastante curiosa por todas las frases talladas sobre la pared que te trasladan al mismo instante en el que fueron escritas por las manos de la guardia escocesa de la reina María Estuardo: “La cólera del hombre no cumple con la justicia de Dios” y “No sean vencidos por el mal”.
En la puerta de roble de la entrada están representados Cristo y Santo Tomás con las palabras en latín “Pon aquí tu dedo” y “¡Señor mío y Dios mío!”
Durante la revolución consiguió salvarse esta instancia debido al ingenio de la propietaria de la época (Madame Dupin), que la convirtió en reserva para madera camuflando así su verdadera identidad de capilla religiosa.
APOSENTO DE DIANA DE POITIERS
Diana pasó a la historia como la mujer favorita de Enrique II. Si nos fijamos en la chimenea podemos ver la “H” de Enrique II y la doble “C” de la que ya habíamos hablado en representación de Catalina de Medicis. A pesar de la presencia de las “C”, quien preside la chimenea de la estancia es un retrato de Diana de Poitiers.
GALERIA
Creo que es la sala que más me gustó de todas, está situada justo encima del puente sobre el río Cher. Durante la Primera Guerra Mundial fue usada como hospital, y la verdad es que puedes imaginarte miles de camas a lo largo de ese pasillo enorme con apariencia de ajedrez gigante.
COCINA
Lo que me gustó de esta parte del castillo es que está repleta de enseres, utensilios e instrumental de la época dándote la sensación de que no ha pasado el tiempo por ella. El comedor reservado a los sirvientes o la carnicería con los ganchos para colgar la caza son dos de las muchas salas que se pueden visitar.
APOSENTOS DE LUISA DE LORENA
El más original de las decenas de aposentos que dispone el castillo. Es el único adornado en tonos negros y morados oscuros con apenas iluminación, tan solo unos leves rayos de luz que iluminan un reclinatorio que Luisa de Lorena (viuda de Enrique III) utilizaba en su retirada a la oración.
Al morir Enrique, Lorena se encerró en el castillo guardando el luto real que en el época era vestir entera de blanco. La habitación está adornada de elementos de duelo: plumas símbolo de la pena, lagrimas de plata, palas de enterrador, cordones de viuda, coronas de espinas y sus iniciales griegas.
EL EXTERIOR
Hay varios jardines e incluso una granja del siglo XVI. El Jardín de Catalina es mucho más pequeño que el jardín de Diana (12.000 metros cuadrados frente a los 5.500 del jardín de catalina).
Aunque si hay una vista bonita del castillo es la que se obtiene desde el jardín de Diana, con el castillo de Chenonceau coronando el río Cher (la primera foto que corona esta entrada en el blog).
Quizás te interese la entrada general del valle del Loira y el resto de castillos. Como siempre, si os ha servido de ayuda la entrada u os ha gustado podéis dejarnos un comentario, o seguirnos en instagram, twitter y facebook para seguir actualizados con las nuevas entradas. ¡Estad atentos a las próximas entradas!