En alguna ocasión ya os he comentado que tengo en mente diversos proyectos para un futuro no muy lejano y que todos me ilusionan muchísimo.
El primero y principal es tener otro hijo y el segundo, una serie de cosas que quiero poner en marcha con el objetivo de poder ganarme la vida con todo lo relacionado con el mundillo de la maternidad (tema que, como habreis podido observar, me apasiona)
Pero debido a mi inestabilidad emocional, a mis fantasmas y a mis inseguridades, muchas veces, algo que tendría que ser causa de alegría se convierte en algo angustioso y que me impide ser feliz.
En días como hoy me paro a pensar que pasará si no consigo sacar adelante aquello que quiero, si no consigo realizar aquello con lo que sueño. A veces me da la sensación de que he construido mil castillos en el aire y he confiado en que no se van a desmoronar, cuando la más ligera brisa podría destruirlos.
Me da miedo ilusionarme tanto como lo estoy haciendo y que al final todo quedara en nada y terminara , por ejemplo, teniendo que trabajar de nuevo en algo que me disgusta. Con el agravante, además, de sentir que lo he hecho lo mejor que he sabido y que he fracasado.
Como ya os he contado en otras ocasiones, soy una persona muy insegura y sé que cada fracaso supone para mi un paso hacia atrás...nuevas dudas acerca de mis capacidades, la autoestima mas dañada y más miedo a iniciar cualquier cosa. Y esto es algo que, aunque me hace andar con pies de plomo, no quiero que sea lo que tome las decisiones por mi.
No quiero dejar de hacer las cosas por miedo, porque creo que peor que el fracaso es el no haber tenido el valor de intentarlo.
Pero me da mucho mucho miedo el no poder ver cumplidos mis sueños, sentir que todo mi esfuerzo no ha servido para nada. Y, por supuesto me da miedo sentir que he fracasado.
Así que hoy ando, una vez más, con la nube negra encima de la cabeza. Pero bueno...aunque no se pasa del todo bien, sé que enseguida pasará la tormenta y volverá a salir el sol.