En este último grupo, junto con el de paisajes imponentes vamos a clasificar el lugar que os traemos, se trata del Castro de Baroña, en La Coruña (A Couruña). Pertenece al municipio de Puerto de Son (Porto do Son).
Este castro está ubicado en un enclave muy particular, una pequeña península que sobresale de la costa. Esta rodeado por el agua que forman la Ría de Noia y Muros. Un paraje espectacular.
Para acceder al Castro de Baroña tendréis que dejar el coche estacionado y seguir un pequeño camino de tierra durante unos metros, está señalizado. Al final de la entrada os dejamos, en la ubicación, el lugar exacto de estacionamiento.
Durante los primeros pasos os adentraréis por una zona de árboles para, en pocos metros, caminar a cielo descubierto. Desde lejos comenzaréis a divisar los restos de la antigua civilización que hoy podemos visitar.
Los orígenes celtas del Castro de Baroña dicen que se remontan a la Edad de Hierro. Fueron descubiertos en los años 30, y aun en la actualidad siguen produciéndose nuevos hallazgos. Leímos hace poco que este año (2014) se han encontrado debajo de kilos de sedimentos restos del imponente foso defensivo de este antiguo pueblo y que, con ello, la configuración del mismo ha ido cambiando.
La ubicación de este lugar dice mucho de su historia; sus antiguos habitantes probablemente vivían del mar. Pegados a sus rocas había una gran cantidad de moluscos y el mar era una fuente de pesca.
Lo que no se ha encontrado en el Castro de Baroña es ningún depósito de agua que abasteciera a la comunidad, por lo que, de una manera u otra, sus habitantes tendrían que ir a buscarla a otro lugar.
En cuanto a la visita del mismo, es gratuita, uno llega tras un paseo y te puedes mover sin ninguna limitación por el mismo. Totalmente recomendable subir a las rocas más altas para poder disfrutar de una maravillosa vista del lugar.
Desde arriba se observa todo la estructura arquitectónica, así como el mar que la rodea. A su alrededor, la playa que baña el Castro de Baroña es la de Arealonga. Una playa de aspecto salvaje, que es frecuentada por naturistas, y que por supuesto resalta por el entorno que la acompaña.
En su conjunto, el Castro de Baroña resulta una visita muy interesante seas o no amante de las antiguas civilizaciones, ya que forma un paisaje de excepción que no te dejará indiferente.
Os queremos mencionar, por su cercanía, a unos 16 kms, el Parque Natural de las Dunas de Corrubedo, dónde nosotros nos acercamos para poder ver su popular duna móvil, de más de 1 km de longitud y 20 metros de altura.
Parece ser, que años atrás uno podía acercarse a la misma y hasta caminar por ella. Hoy en día y con el fin de protegerla, existe un mirador para divisarla, sin poder adentrarte en ella.
Nuestra sensación fue algo decepcionante, el mirador no tiene una perspectiva que permita sentir las dimensiones de la misma, y tras un paseo por una pasarela de madera esperando encontrártela, al llegar al final siente uno un poco de frustración. Os lo comentamos porque nosotros no nos desviariamos hasta allí solo para verla. Otra cosa es que queráis planificar algún tipo de ruta u otra actividad en el parque y aprovechéis la visita. Aun así, para los que queráis juzgar por vosotros mismos, os dejamos la ubicación del aparcamiento para visitarla.
Una vez más, Galicia nos sorprende. Encontramos en su territorio las huellas de sus antiguas civilizaciones en el Castro de Baroña, rodeadas por el mar mágico que baña la costa gallega. Un enclave fascinante que nos encantó.
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