Castro de El Raso en Gredos

Por Qnatur
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Castro El Raso

El Castro El Raso en el Parque Natural Sierra de Gredos se sitúa sobre una loma estratégica, a los pies del Pico Almanzor. Se trata de un castro Vettón de hace más de 2000 años. Es uno de los más importantes excavados hasta la fecha. La entrada es libre y durante el paseo hay carteles interpretativos. En la zona de aparcamiento hay una caseta en donde está el guarda del yacimiento, quién con mucho gusto nos podrá ampliar la información. No obstante a continuación damos una breve explicación sobre su historia:

Hace más de 2.000 años este territorio estuvo ocupado por tribus fundamentalmente cazadoras recolectoras, pero también practicaban la ganadería. Aprovechaban los pastos del valle y de la montaña, por lo que la zona era estratégica.

A comienzos del SVI a.C.llegaron a la Península pueblos centro europeos. Uno de ellos, de origen celta, son los Vettones que ocuparon este territorio. Según algunos investigadores al principio se asentaron en una zona próxima al castro, denominada El Castañar, en donde se han encontrado restos de construcciones y una necrópolis.

La llegada de los cartagineses

Pero con la llegada de los cartagineses a la Península los vetones se ven incomodados e incluso hay indicios que sugieren que llegaron a incendiar este primer asentamiento. Por este motivo se trasladan a un lugar mas seguro, en lo alto de una loma, y lo fortifican con una muralla de casi dos kilómetros de longitud que estaba protegida por varias torres y un foso exterior. Dentro de este recinto, de 20 hectáreas, vivían entre 2.500 y 3.000 personas en casas rectangulares, de unos 50-150 metros cuadrados. En lo alto del cerro se han reconstruido varias de estas viviendas para mostrarnos su apariencia.

Las casas están orientadas hacia el sur o a poniente para protegerse de los vientos del norte. Los cimientos eran de piedra, sobre la que se continuaba con tapial, una mezcla arcillosa con la que se hacían ladrillos. El techo era de madera, barro y fibras vegetales. Carecían de ventanas, puesto que posiblemente no dominaban la técnica para abrirlas en los débiles muros de tapial.

En las excavaciones se han encontrado muchos restos que permiten intuir como vivían: herramientas para cultivar la tierra, tijeras de esquilar, hornos de función que indican actividad metalúrgica, molinos de mano y pesas de telar.

En el S I los romanos consolidan la conquista y para evitar el levantamiento de las tribus locales ordenan que se abandonen los castros amurallados. Es el momento en el que se abandona definitivamente el castro de El Raso.

Para acceder al castro hay que tomar una pista que sale desde lo alto del pueblo del mismo nombre. Está indicado.

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