El pasado sábado 11 se celebró en Bodega Selección de El Campello la tradicional degustación navideña, en la que, además de tener a nuestra disposición blancos, rosados y espumosos, podemos probar y comentar algunos de esos vinos que ya tienen, o se están labrando, la categoría de míticos.
Entre los blancos, dos Rías Baixas, Valdamor 2009 y O Vello Bodegueiro 2009, este último desconocido para mi, y que me llamó la atención por parecerme menos comercial que otros probados recientemente, con una acidez intensa, fruta blanca y recuerdos vegetales francos, y menos aromas de levadura seleccionada. Había también un Verdejo, Aura 2009, herbáceo y frutal que no estaba mal, y alguno más que no probamos.
El capítulo de espumosos no contaba esta vez con ningún champagne, pero nos llevamos más de una sorpresa. El primer espumoso en caer fue un Premiere Bulle (AOC Crémant de Limoux; Mauzac, Chardonnay y Chenin blanc; Sieur d'Arques), que mostraba un amarillo pálido con un perlaje fino y continuo, aromas florales, frutos secos y algo de bollería, con un paso por boca cremoso, seco y fresco. Una curiosidad agradable. Entre los cavas pudimos probar un Estenas Brut Nature (DO Cava, Macabeo y Chardonnay, Vera de Estenas) agradable sin más, y un Chozas Carrascal (DO Cava, Chardonnay y Macabeo, Chozas Carrascal), que mostraba un curioso amargor final. Correctos pero sin nada espectacular. Seguimos los espumosos con una de las sorpresas gordas de la velada, un espumoso sudafricano, Voorspoed Brut Reserve 2006 (Sudáfrica/Western Cape, 100% Chardonnay, Voorspoed), que vestía de bonito amarillo pajizo dorado, dando en nariz aromas muy curiosos, como de piel de uva seca, con notas lácticas, y que en boca era tal cual como comer un bocado de queso Camembert seguido de una agradable frutosidad. Curiosísimo espumoso que, desde luego, no gustará a todo el mundo. El último espumoso fue otro descubrimiento, un Beresford (Langhorne Creek, Australia; Chardonnay y Pinot Noir, Beresford Wine Estate), amarillo oxidado virando a rosa, aromas frutales, lácticos y de tierra húmeda y paso por boca algo dulzón con una leve tanicidad final. No entusiasmó.
Entre los tintos, un clásico de estas degustaciones y un representante alicantino de nuevo cuño. Viña Hermosa Gran Reserva 1997 (DOCa Rioja; Tempranillo, Graciano, Garnacha y Mazuelo; Santiago Ijalba) nos muestra un colo granate apagado de capa baja, con ribetes atejados como corresponde a su edad; en nariz destacan los terciarios, con cueros, tinta china y ahumados, sobre un fondo de fruta confitada, en boca es suave, ligero, sedoso, redondo y sin aristas, de duración media. Como siempre, una delicia. También probamos un 2001, más vivo, pero gustó algo menos.
La nueva incorporación alicantina fue un Carabibas 2009 (DO Alicante; Cabernet sauvignon, Merlot y Monastrell; Sierra de Cabreras). Picota muy cubierto, casi negro, con ribetes violáceos, que nos hablan de su juventud y extracción. Aromas de buena intensidad, dulzones, con fruta madura, algún balsámico y especias. En boca tiene una acidez aún algo viva y excesiva, es intenso y lleno con una tanicidad final que aún necesita integrarse. Estuvimos de acuerdo con el bodeguero que necesita un añito más de botella y puede ser un vino muy interesante.
La traca final vino de la mano de vinos que, en estas degustaciones, llamamos "los caros". En una sala aparte, servidos por personal de la tienda, y sin poder repetir. En esta ocasión había seis vinos para probar y disfrutar más o menos. Un D'Anguix 2001 no entusiasmó demasiado (su hermano joven Torres de Anguix me gusta más) y un Palomero Vendimia Seleccionada 1999 tampoco. Los otros cuatro fueron las estrellas.
- Nabot 2004 (DOCa Rioja, 100% Tempranillo, Viña de Nabot) viste un color picota granatoso, intenso, de capa alta, con ribetes donde asoman los teja. Aromas intensos de flores, fruta negra madura, ahumados y especias. En boca es amplio, frutal y aterciopelado, con un tanino aún algo rugoso. Aunque me gusta más Ogga, éste es otro vinazo que necesita aún más botella para acabar de hacerse.
- Clos D'Englora 1999 (DO Montsant; Garnacha, Samsó, Ull de lebre y otras; Celler Baronia del Montsant) nos muestra un color granate apagado con bordes donde asoman los caoba. Nariz de buena intensidad, con jarabes, fruta en confitura y notas minerales. En boca es suave, pulido, algo ligero y con un tanino muy suave. Gustó bastante a pesar de esa cierta ligereza.
- Artadi Pagos Viejos 1997 (DOCa Rioja, 98% Tempranillo, 2% otras; Artadi) presenta un color granate apagado con ribetes caoba. La nariz es muy intensa, con fruta negra madura, cacao, ahumados y especias. En su paso por boca se muestra intenso, lleno, sedoso, redondo y con un tanino fantástico. Para mí, el vino de la tarde sin ninguna duda.
- Vega Sicilia Único 1991 (DO Ribera del Duero, 85% Tinto fino, 13% Cabernet sauvignon, 2% Merlot; Vega Sicilia) era a priori la estrella de la jornada. De un profundo granate algo apagado y ribetes atejados y caobas, que dan una idea de su edad. Sus aromas son complejos, muy seductores y atrayentes, destacando tinta china, elegante especiado, notas florales y recuerdos ahumados. En boca es tremendamente sedoso, redondo, de una amplitud media y muy largo. Un vino seductor y que enamora desde el principio.
En resumen, una fantástica velada de degustación, con sorpresas, descubrimientos y con unos vinazos que se merecen más tiempo, mejor sitio y mejores copas.