Para esta ocasión habían preparado una horizontal de bodegas riojanas para mí desconocidas, una vertical de crianzas de Viña Hermosa, una selección de 4 vinos de Ribera del Duero, dos añadas de un vino de Toro y otros dos desconocidos para mí, uno de Alicante y un Vino de Mesa de la Tierra de Castilla y León.
La DO Alicante estaba representada por un Miguel Navarro Cabernet Sauvignon Reserva 1998, que tenía una mejor boca que nariz, pero que no fue nada memorable.
Llamó la atención un Picalcón Cuveé 2000 (Vino de mesa de Castilla y León, tinto con crianza, 100% Tinto fino, Picalcón): color picota evolucionado, con ribete granatoso. Aromas especiados y ahumados sobre un fondo de fruta negra muy madura. En boca se mostró muy intenso, frutal, redondo y con un tanino dulce y suave. Un vino que no conocía, más que aceptable.
Terminamos con dos añadas de uno de nuestros vinos preferidos, Cyan. Probamos un Cyan 12 Meses 2003, y un antiguo Cyan Crianza 1999 (DO Toro, tinto crianza, 100% Tinta de Toro, Cyan): picota oscuro muy cubierto, intensísimo color para ser un 1999, con ribetes granate. Nariz compleja y de buena intensidad, con regaliz, ahumados, especias y fruta negra madura. Paso por boca lleno, complejo, con mucho cuerpo y un tanino muy bien integrado; muy largo. Un vinazo al que aún le quedan bien un par de años.
En resumen, hemos conocido otro maceración carbónica muy rico y agradable, hemos constatado de nuevo que los Ijalba hacen vinos deliciosos y de mucha calidad, nos ha defraudado un poco lo probado de la Ribera del Duero y nos reiteramos en que Cyan es uno de nuestros vinos de cabecera. Habrá que hacerse con alguna botella de ese crianza del 99.