Empezamos nuestro recorrido en los llanos de Catalañazor. Aparcamos el coche en un reducido parking al lado de la carretera y nos adentramos en un pequeño bosque. Este bosque contiene uno de los, cada vez más escasos, conjuntos de sabinas albares (Juniperus thurifera) de gran altura. Este sabinar forma parte del páramo más extenso y mejor conservado de la península. Además de ser la muestra de sabinar más espeso del mundo, las Sabinas crecen muy juntas, se nos presenta como un bosque invernal muy atractivo para los aficionados a la ornitología.
Evolucionado en un terreno llano, de tipo calcáreo y a 1.000m de altitud, algunas de estas Sabinas alcanzan un porte y una edad interesantes (14 metros de altura, más de cinco metros de diámetro y cerca de dos mil años de antigüedad).
Estuvimos disfrutando por el bosque y observando estas Sabinas que pasan desapercibidas por la mayoría de los turistas que visitan la zona.
Después del paseo, nos dirigimos al coche y ponemos rumbo a la Fuentona de Muriel. Enseguida giras a la derecha y entras en una carretera de tierra que te lleva al Punto de Información del Parque. Una pequeña casa donde te informan de todo lo necesario para visitar el parque. Allí mismo dejamos el coche aparcado en un pequeño parking y nos preparamos a realizar un agradable paseo de 400 metros hasta la Fuentona.
Enseguida que dejas la oficina de información, entras por un camino que tuerce a la izquierda muy bien señalizado, todo muy bien conservado y agradable en el entorno con una magnifica barandilla de madera que te acompaña sólo al principio, ya que detrás de la curva ya se forma un sendero que recorre el río hacía arriba muy bien adaptado.
Pronto tenemos que cruzar el río, lo hacemos en un precioso puente de madera donde podemos recrearnos en hacer fotografías, el reflejo que produce el agua cristalina al pasar por debajo del puente, te salen unas instantáneas realmente bonitas.
Seguimos nuestro paseo pudiendo observar gran variedad de fauna por el camino, sobretodo aves que están volando buscando comida. Al acercarte al río descubrimos multitud de peces que van nadando en diferentes direcciones. Llegamos a otro puente, éste un poco más largo que el primero pero que no pasa casi agua. Por el camino hay instalados banco de madera para poder descansar y observar toda esa rica fauna y flora que habita en la zona. Paredes calizas, enebros, chopos y sabinas nos acompañan hasta la pequeña y misteriosa laguna donde manan las aguas del río.
Poco antes de llegar a la laguna nos encontramos un desvío a la derecha que conduce hasta la cascada de la Fuentona: se trata de un pequeño salto de agua que solo podemos ver en época de deshielo o de lluvias, así que decidimos seguir para delante y al poco rato llegamos a nuestro objetivo: el nacimiento del río Abión, también conocido como la Fuentona.
Conocida también con el nombre de Ojo de Mar, ya que los habitantes de la zona no se creían que en una zona tan seca como aquella pudiera brotar tanta agua del suelo, y se creían que ese agua venía del mar. Pudimos comprobar que era agua dulce y por lo tanto no era agua de mar. Por todo el camino y también junto al manantial existen carteles informativos de la fauna y flora del lugar. Nos acercamos y contemplamos la cantidad que había. Luego lo rodeamos y disfrutamos viendo una gran cantidad de peces que nadaban en su interior.
Repleta de algas y vegetación acuática, el agua de la Fuentona se aprecia cristalina. Tiene como curiosidad que aún no se conoce el fondo de este manantial, exploraciones de ¨ Al filo de lo imposible ¨ han descubierto que bajo el manantial existen cámaras inundadas de agua de mas de 100m de profundidad. Siguen investigando y realizan inmersiones para descubrir cual es el recorrido total de estos corredores acuáticos.
Tras descansar un poco, nos pusimos en marcha para volver al coche. Nos montamos y regresamos por donde habíamos venido. justo antes de coger la carretera asfaltada no paramos a comer un pequeño picnic en un merendero, con unas mesas de madera que nos ofrecían las vistas de la ermita de la Virgen del Valle.
Ya comidos, nos pusimos de nuevo en marcha. Pero por poco tiempo, nada más coger la carretera asfaltada, torcimos a la derecha y nos dirigimos al Palacio de Santa Coloma, donde estaba ubicado La casa del Parque. Aquí pudimos disfrutar de una bonita exposición sobre todo el parque, con preferencia por el Sabinar y la Fuentona. Nos gustó mucho y pasamos un agradable rato observando la diferente fauna y flora del parque representada en varias salas y con diferentes instrumentos.
Para finalizar nuestra excursión, nos dirigimos al antiguo pueblo de Catalañazor, un antiguo pueblo medieval encima de una montaña, rodeado de una muralla. Declarada Conjunto Histórico-Artístico, nos sorprendió esta población, con su calle Mayor, te transporta a la Edad Media, de casas en piedra, sabina, barro y chimeneas cónicas. Esta antigua población fortificada tenía unos impresionantes muros, aún visibles, de más de 15 metros de grosor.
En el castillo, esta bastante derruido, aún queda en pie la parte de la torre del homenaje de mampostería y sillería de refuerzo en las esquinas. Quedan restos en ésta de aparejo árabe y un ventanal gótico. Desde aquí pudimos apreciar todo el valle de la sangre donde se dice que el Rey Sancho de Castilla derroto a Almanzor en 1002 ( donde Almanzor perdió el tambor...). Recorrimos este bonito pueblo desde su rollo medieval ( o Picota, donde exponían ante el pueblo a los presos condenados) en la plaza mayor hasta la ermita de la Soledad, situada antes de entrar en el pueblo. Ya cansados regresamos al coche y dimos por terminado nuestro día de excursión.
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Consejos e información práctica
- Idioma: Español
- Moneda : Euro
- Plano:
- La casa del Parque se sitúa en el Palacio de Santa Coloma, a la entrada de Muriel de la Fuente, entre el Sabinar de Calatañazor y La Fuentona. La mejor forma de acceder es a través de la carretera nacional N-122, desviándose a través de la carretera local que conduce hasta Calatañazor y Muriel de la Fuente. La entrada tiene una tarifa de 1€ por persona.
- En Catalañazor no dejes de visitar las murallas medievales, la ermita de la Soledad, la iglesia de Nuestra Señora del Castillo, su rollo en la plaza mayor y su Castillo donde tendrás unas vistas increíbles del valle de la sangre.
- Nosotros comimos en un merendero, pero se puede comer muy bien en Catalañazor, como por ejemplo en ( Calle Tirador 11) un antiguo palomar restaurado como restaurante, con una agradable terraza donde te pueden servir platos de la zona. O También el restaurante ( Calle Real 19) con muy buena relación calidad precio, con materia prima de calidad y una pequeña terraza para poder tomar el aperitivo.
- Para dormir en Catalañazor recomendamos el alojamiento rural, con habitaciones muy acogedoras y bien decoradas. O bien algo más barato como Mirador de Almanzor (Calle puerta vieja 4) La Casa Rural, un caserón antiguo del siglo XVIII restaurado, situada en la calle principal, donde puedes disfrutar de acogedoras habitaciones decoradas en estilo mozárabe.