Su especialidad era hacer que el hombre sintiera ardores amorosos y para conseguir lo que se proponía le era necesario.
Según su interpretación hechiceril, ir a la iglesia de San Andrés en determinadas noches,justo a la medianoche. Llevaba 9 ochavos, los cuales ponía uno en cada esquina. Seguidamente se iba al centro del templo, hacía un círculo y se metía en él con agua bendita, muchas reliquias y algunos ochavos en las manos.
Cuando terminaba el acto la mujer salía sudando y desmadejada del esfuerzo realizado. A veces realizaba este ritual cerca del pateón de los Carvajales.
En 1879 se bajó a la cripta y se hallaron los restos de esta familia “revueltos y maltratados”
No se ha sabido si fue por obra de las hechicerías de catalina o por los saquedores de tumbas.
Callejo cuenta que tiene una de los expedientes mas abultados de la inquisición, y que condenada a muerte inexplicablemente se le conmutó la pena por cien latigazos.
Los guardias atravesaban a duras penas la muchedumbre, en el centro de la comitiva una anciana caminaba torpemente tropezando a cada paso con las cadenas que prendían de sus tobillos, mientras recibía toda clase de insultos de los congregados, algunos incluso intentaban arrancarle algún mechón de su cabello y otros simplemente la escupían a la cara.
El inquisidor pidió a la acusada que se acercará hasta el estrado, allí con viva voz la preguntó: La anciana movió la cabeza con un gesto de aceptación mientras de sus labios temblorosos salía un tímido ¡sí!
Si es cierto que es usted Catalina Sánchez sepa que este Santo Tribunal le acusa de brujería, de utilizar artes oscuras y de realizar pactos con el demonio.Catalina escuchaba atentamente al tribunal con gesto descarado, sabedora de que finalmente el tribunal no se atrevería a imputarle ninguna pena importante, eran muchos y muy nobles los señores que se encontraban entre su lista de clientes.
Don Francisco Salvatierra, relate a este tribunal todo lo que sepa sobre las oscuras artes de esta mujer!, -le gritó desde el estrado uno de los sacerdotes.
El testigo relató cómo la acusada acudía cada tarde a la iglesia de San Andrés aparentemente a escuchar la misa de las siete, aunque todos sabían que a lo que verdaderamente iba era a robar agua bendita que después utilizaría para extraños rituales.Otros testigos relataron cómo Catalina era contratada por muchos señores toledanos para que interrogara a seres infernales por sus familiares fallecidos
Cuando comenzaba a anochecer Catalina se acercaba hasta los alrededores de la iglesia de San Andrés y comenzaba a dejar ochavos o monedas por las esquinas de la iglesia, y cuando ya había oscurecido con el agua bendita que robaba hacía un círculo y se introducía en él, a continuación lo rodeaba de velas negras y repetía varias oraciones a Santa Marta.
Según relataba la anciana, a continuación comenzaban a acercarse hasta el círculo iluminado a veces lobos, otras cerdos o incluso perros que portaban en sus babeantes bocas la
Las bestias no podían atravesar el círculo de agua bendita y se dejaban interrogar por la bruja, que se sentía protegida por aquel cerco santificado. Cuando había arrebatado la información que necesitaba se despedía de las bestias infernales rezando nuevamente a Santa Marta.
Para sorpresa de todos los presentes, el inquisidor, con gesto serio, relató la pena a la que sería condenada la rea.
Catalina Sánchez, muchos han sido los testimonios que la acusan de brujería, de malas artes e incluso de pactos con el mismísimo demonio, por lo que este tribunal le aplica una pena de cien azotes y tres años de destierro. ¡Pido a Dios que así se cumpla!
En contra de lo que se cree. Era el pueblo, más que la Inquisición, el más obsesionado en la quema de brujas.
Tras los azotes la tuvieron que transportar sobre una mula al ser incapaz de dar un solo paso por sí misma, varios soldados la acompañaron hasta las afueras de Toledo, adonde no podría regresar hasta que hubiera cumplido la pena de destierro.
Catalina Sánchez no volvió a ser juzgada y se rumoreó que sólo abandonó Toledo hasta que se recuperó de sus heridas, se decía que escondida en el bosque seguía realizando sus oscuros pactos para los nobles toledanos.
Catalina Sánchez fue tan sólo una bruja más de las que poblaban nuestra Península.
Jueves, abril 26th, 2012http://www.caminandoporparedes.com/blog/?p=7903