Lo primero que uno observa al analizar el "proceso" es que sólo quieren independizarse en lo que les conviene y pretenden un Estado vinculado a España para que no les expulsen de Europa, para que les paguen las pensiones, para no tener que pagar la cuantiosa deuda que deben, para mantener el euro como moneda y, sobre todo, para seguir vendiendo a España sus mercancías.
Hay un documento, publicado en "Diaribalear", titulado "¿identidad o cuento identitario, son independentistas o independenlistos?", que explica claramente lo que muchos españoles sospechamos, que más que la independencia, Cataluña quiere más dinero, privilegios, autonomía y manos libres para seguir explotando a España y a sus propios ciudadanos.
Uno de los párrafos del citado documento dice:
Podemos concluir que todo el espectáculo de los independenlistos es un intento de chantaje al Estado para seguir consiguiendo privilegios tanto políticos como fiscales (ésto último a costa del resto de españoles). Es una táctica que llevan haciendo décadas y les ha ido funcionando… entonces… ¿creen ustedes que van a renunciar a seguir con su particular espectáculo identitario? ¿Entienden ahora por qué ahora montan el show del referéndum… cuando en 2014 ya hicieron uno, que salió el resultado que les interesaba y que han ignorado, por su deseo de no independizarse de lo que no les interesa separarse? La cuestión ahora es… ¿van a renunciar a seguir con el conflicto… mientras les siga saliendo rentable? ¿Mientras sigan sacando concesiones políticas y fiscales para seguir incrementando sus privilegios? Está claro que no… Mientras el Estado siga cediendo y premiando sus actividades hostiles (incluyendo adoctrinamiento escolar y mediático con el espanya ens roba, etc etc), éstas nunca se acabarán. Al contrario, se incrementarán porque las está haciendo rentable para quién las fomenta."
La cobardía, la corrupción y la debilidad de los gobiernos españoles, desde el de Adolfo Suárez hasta el de Rajoy, con episodios vergonzosos en todos ellos, incluyendo a los de Felipe González y José María Aznar, han convencido a los catalanes de que presionar y chantajear a España es su mejor opción y su negocio más rentable porque los españoles siempre se asustantan, reculan y hacen concesiones.
En 1934, cuando los catalanes declararon la independencia, se encontraron frente a un gobierno fuerte y decidido que metió en la carcel a sus líderes, desarmó a los mossos de escuadra y acabó de un plumazo con una pantomima que ni siquiera duro medio dia.
Quieren la independencia, pero no quieren perder los beneficios de pertenecer a Europa, ni el aval del Estado Español para poder endeudarse, ni el pago de las pensiones, ni el mercado cautivo de España, donde tan solo en Aragón venden más que en Estados Unidos, ni las ventajas fiscales que tienen, ni el hecho de ser sede de miles de empresas que operan en España y que se irían de Cataluña en caso de independencia real, ni de la seguridad social, ni de la liga de fútbol española, probablemente la mejor del mundo, ni de las ventajas turísticas, ni siquiera de la nacionalidad española, que aspiran a mantener, sorprendiendo así a una increíble comunidad internacional que no entiende lo que en realidad quieren los catalanes.
Pues está claro: quieren lo que siempre han querido, dinero fácil, privilegios y manos libres para su clase dirigente, codiciosa e insaciable de poder y dinero.
Hay tanta inmoralidad oculta en el proceso independentista real que ignora que todo privilegio para Cataluña lo conseguirán a costa de arrebatarselos a otras regiones de España. Con inmoralidad y suciedad propia de corruptos y desalmados, lo que quieren es enriquecer a Cataluña a costa de empobrecer a los demás pueblos de España, una inmoralidad contraria a la ética y a la Constitución.
Lo que los inocentes y manipulados españoles estamos viviendo con angustia y miedo, temiendo, incluso, que estalle la violencia, quizás no sea más que un órdago de tahures miserables, un simulacro inmoral y rastrero, un auténtico chantaje digno de cárcel. El verdadero objetivo, escondido y secreto, consiste en sentarse a última hora con una España compungida y llorosa, gobernada por cobardes pusilánimes que tienen miedo a que se conozcan sus grandes secretos y tropelías antidemocráticas y a perder el poder, para sacarles dinero, ventajas, impunidad y permiso para seguir robando, como han hecho los Pujol y sus secuaces desde la muerte de Franco.
Francisco Rubiales