Los resultados de las elecciones municipales del pasado domingo en Cataluña reflejan varios comportamientos diferenciales respecto de las homónimas del resto del Estado y de las autonómicas.
En primer lugar, con un nivel de participación similar a las anteriores de 2007, CiU ha conseguido arrebatar el liderazgo al PSC, tanto por un crecimiento de su propio voto como por una debacle del apoyo al PSC. Mientras CiU aumentó 50.000 votos, hasta los 778.000, el PSC perdió más de 200.000 (721.000 votos).
El Partido Popular de Catalunya (PPC) se erige como la tercera fuerza política del Principado, subiendo 80.000 votos hasta los 363.000, consiguiendo ser la lista más votada en la tercera ciudad de Cataluña, Badalona, donde el candidato García Albiol logró 11 concejales, por delante del PSC que hasta la fecha había sido la fuerza más votada. Sin embargo, al no conseguir mayoría absoluta tendrá difícil obtener la alcaldía.
Otros elementos diferenciales importantes han sido: la gran caída de ERC que se queda fuera de muchos ayuntamientos donde antes tenía representación (Gerona, Lérida, Tarragona); el crecimiento de un partido xenófobo, Plataforma per Catalunya (PxC), que multiplica por cuatro sus representantes; la consolidación de una fuerza independentista de izquierdas, CUP (Candidatures d’Unitat Popular) que multiplica por cinco sus concejales; la práctica desaparición del fenómeno de Ciudadanos de Albert Rivera; y la inexistencia de apoyo a la opción de Rosa Díez.
Barcelona capital
CiU ha hecho historia en la capital catalana ganando por primera vez la alcaldía al PSC. El pediatra Xavier Trias se ha impuesto rotundamente a Jordi Hereu (15 contra 11). El PPC de Alberto Fernández se conforma como la tercera fuerza en el ayuntamiento siendo vital para la conformación del nuevo consistorio aunque Trias pretende gobernar en solitario.
CiU ha conseguido también ser la primera fuerza política en las cuatro diputaciones provinciales. En Barcelona un posible pacto con el PPC le daría a esta última formación la posibilidad de presidirla mientras que las otras tres, donde CiU dispone de mayoría absoluta, serán gobernadas por los nacionalistas de Artur Mas.