Artur Mas y sus socios independentistas de ERC están desangrando Cataluña pese a las constantes transfusiones de fondos que les envían los demás españoles, y al oxígeno y alimentos que les proporcionan al comprar al menos el sesenta por ciento de todo lo que produce la región.
Siguen en su empeño de salirse de España y convocan para el 27 de septiembre unas elecciones plebiscitarias para conseguirlo,
Están cegados por las ideas de que el Estado se lo permitirá y de que lograrán imponer su romántico sueño de crear una nación que nunca existió sobre la necesidad de comer caliente cada día que necesitan los catalanes.
Ocultan, entre ceremonias de polvorientos oropeles folclóricos, que desde que empezaron la aventura independentista en 2010 las inversiones han caído allí de manera que debe asustarnos a todos, porque la inestabilidad política y económica de cualquier región española afecta a las demás.
Lo que nadie podía prever al iniciarse este siglo es que los inversores extranjeros huirían de Cataluña, que era el motor de España, y que preferirían otras zonas, como Madrid, que ya es un área mucho más industrial y financiera que burocrática.
Basándose en datos del Ministerio de Economía, Convivencia Cívica Catalana descubrió que desde 2010 hasta octubre de 2014 Madrid recibió casi cuatro veces más inversiones que Cataluña (42.569 millones de euros frente a 11.464).
Pero la tendencia se agranda: de enero a octubre de 2014 Madrid recibió ya cinco veces más, 5.091 millones de euros frente a 1.094 Cataluña, pese a que hasta la recuperación de ahora mismo la crisis había retraído enormemente las inversiones en España.
Quien viaja por esa Cataluña que fue boyante durante el siglo XX detecta ya que vive del pasado, que su prosperidad acabó y que se desangra rápidamente.
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SALAS