Pero no. Las elecciones de ayer no han sido otra cosa que un peldaño más en la escalera hacia la independencia. Aunque el secesionismo haya sido de hecho derrotado, Oriol Junqueras y su polichinela Arturo Mas proclamaban el éxito a los cuatro vientos. Se ha creado un sentimiento popular en los últimos años que nada tiene que ver con cifras ni elecciones. Hay que enfrentarse a esa corriente sentimental con el diálogo y la negociación, a través de la tercera vía que propugnó hace unos meses Felipe González. Nada de lo que ocurre lo estaríamos padeciendo si Zapatero no hubiera tenido la ocurrencia de auspiciar el Estatuto; si Mariano Rajoy no hubiera reaccionado con la cachaza y la pasividad frente al órdago secesionista. En lugar de prevenir el mal, se ha
De poco sirven las lecturas triunfalistas de unos y de otros ante las cifras de las elecciones que se acaban de celebrar. El problema no está ahí. El toro marrajo escarba ya en el centro del ruedo ibérico y tiene una lidia arriesgada y difícil que precisa de una mano izquierda hábil, de una mano derecha muy firme, y la regia estocada.” Luis María ANSON, de la Real Academia Española…
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA