Catalunya: Secesión y patriotismo democrático. 2

Publicado el 12 enero 2014 por Manuhermon @manuhermon
Los nacionalismos han dedicado muchas fuerzas a la construcción identitaria.
En el tránsito político que vivimos el catalanismo tiene andado mucho ante los excesivos silencios de todo el mundo, -ahora toca hablar de las izquierdas-, los nacionalistas se han aplicado a ello durante años, mientras al otro lado se callaba en muchos temas, durante mucho tiempo, al margen de la circulación de clichés antiguos que algunos aplican tanto a pasado como a presente a situaciones muy diferentes entre sí. Pérez Royo ‘En la dirección equivocada’ , mantiene que 'La separación de Cataluña de España parece estar produciéndose ya, y a una velocidad extraordinaria al menos en el terreno de la opinión pública' su andadura de construcción nacional está desarrollada a pleno rendimiento desde hace muchos años, la construcción de un patriotismo democrático español tímidamente esbozado desde la transición sufrió un frenazo brusco con los gobiernos del PP de Aznar.  Que los españoles no estén seducidos por España, es un problema considerable, porque el nacionalismo se extiende sin encontrar oposición seductora, -un país, una sociedad mejor, mas democrática, libre, igualitaria, justa, basada en ciudadanos libres que adoptan decisiones no ancladas en historias antiguas muchas de ellas inventadas, que se unen hoy, con los criterios de igualdad de hoy, sin crear mas fronteras y artificios separadores- el problema se agrava si con la crisis y las políticas gubernamentales aumentan las desigualdades y por tanto los desafectos, y en País Vasco y Cataluña el cóctel puede resultar explosivo.
¿Qué hacen las izquierdas si no defienden ideas propias? Ceder el sitio a los nacionalismos que ocupan un lugar diferenciado al de la derecha españolista, lo cual para mucha gente es suficiente. Si las izquierdas no defienden a los trabajadores catalanes –y vascos- y a los más débiles del engaño de la pócima mágica de la independencia que dicen mejorarán sus condiciones de vida y trabajo quedará la interpretación del mundo, sus problemas y soluciones en manos de otras corrientes ideológicas que llevan a compartimentar el mundo en conjuntos de personas separadas en trocitos marcados por fronteras.
Se puede entender el agotamiento del PSOEy del PSC en este caso, pero no hasta el punto de no llegar a un mínimo de respuesta al gobierno de CiU a tanto desvarío como difunde su propaganda. Vean el ejemplo del déficit fiscal, un argumento central desde hace años, aquellos 16.000 millones de € de déficit, un año, que algunos en su propaganda elevaban a 20.000 anualmente y que en el congreso de historia elevan a 300.000 millones durante los últimos 25 años, lo cual muestra el rango de importancia que le concedieron y como no pudo ser de otra forma caló profundamente, porque ni el gobierno central, ni PP, PSOE, PSC, ICV… no fueron capaces de desmentir rápida y eficazmente de forma masiva, se limitaron a una pequeña y perdida protesta. La solución era sencilla, para desprestigio de la Generalitat, en el mismo informe de balanzas fiscales, aparecían otros tres modelos, dos de los cuales daban cifras considerablemente menores y otro las invertía, había superávit. No tiene explicación tanto silencio, salvo que la lucha interna por decidir si apoyar o no el proceso paralizara toda expresión crítica. Los nacionalismos atraen como la miel a las moscas, pero parecería como si en este lado estuviéramos carentes de una identidad de la que sentirnos orgullosos que pudiéramos contraponer, ¿incapaces de ofertar una realidad constitucional atractiva que supere aquellas ofertas?, ¿inseguridad en su potencial?
Estamos dejando la defensa de un modelo de sociedad en manos de la derecha, la solidaridad interregional construida en estos años pasados no es una broma social, debería sentirse el mucho peso en la construcción de identidad democrática española, aunque parece que somos incapaces de entender que es imprescindible sumar para ganar, lo cual lleva aparejado ceder alguna particularidad. Nos rebelamos a la contra, mareas ciudadanas para defender el estado de bienestar que pocos días antes hemos sido incapaces de reconocer con orgullo como signo de identidad nacional española, icono democrático construido en los ochenta. –No podemos ensañarnos con quienes lo construyeron e igualarlos a sus destructores, sin pasar por el psiquiatra- Si no es posible defender a los que sufren opresión nacionalista en Cataluña, ni denunciar abiertamente la tremenda corrupción catalana, ni responder a tanta exageración propagandista, ¿para qué queremos la izquierda? si no logran frenar a la derecha, si tampoco resuelven la tremenda crisis, el paro, precariedad, recortes, desahucios, desigualdades, problemas de crédito, etc. si no es posible ofrecer una visión de sociedad diferente, ¿para qué la izquierda? No basta, ni mucho menos con elaborar argumentos como el PP es muy malo y por eso crece el independentismo, lo cual siendo verdad no toca nuestra responsabilidad, la argumentación anterior es secundaria para mantener una postura política propia que defienda nítidamente una democracia contrapuesta a una decisión de independencia tomada a raíz de un referéndum con 51% de participación y un 51% de voto afirmativo, ¡un 26% del cuerpo electoral puede decidir la autodeterminación en criterio independentista! Eso se viste con ropajes de alta democracia. Si la izquierda no es capaz de contraponer otra democracia a este planteamiento, el futuro de la izquierda se convierte en una incógnita.
La izquierda desaparecerá transmutada en nacionalista, y entonces las supuestas ventajas económicas nacionales lo serán a costa de la solidaridad de clase en el conjunto del Estado, lo que quitan a unos dicen que lo darán a otros, redistribuir entre pobres, pero ¿quien asegura que una vez ahorrado el pago a los unos las mejoras llegarán a los otros, obreros y pensionistas? Quizás ERC o la CUP estén haciendo la revolución socialista y este servidor no se haya dado cuenta de que los medios de producción y las finanzas pasan a manos obreras en el programa por la independencia.
El PSC e ICV , y la extrema izquierda, partidos intelectuales y militantes, han orillado críticas básicas al nacionalismo, filosóficas y políticas, olvidaron el contenido de clase por razones de oportunidad para combatir a la derechona, y también porque sus direcciones estaban sobre representadas de catalanistas, la alta población emigrante de décadas anteriores, los trabajadores no encuentran propuestas, orientación ni aclaración y la crisis los está machacando, por lo que se agarran a la salida que otros ofrecen con gran música y colorido, salida populista que promete mejoras y juega con discursos encendidos, con proposiciones de alternativas fáciles de desarrollar, y que remueva las vísceras.  El independentismo es, la forma que ha adoptado en Cataluña la denuncia y la desesperación…El relato catalán, ha alcanzado la perfección del círculo político. Ha aliado a la derecha en el poder, y a buena parte de la contestación radical de izquierdas’. El Estado de la izquierda. Jordi Gracia.El problema explotará cuando las soluciones no lleguen a pesar de la secesión, aunque luego será tarde, el mal ya estará hecho. El independentismo era antiguamente un reducto mayoritariamente elitista con puro ADN catalán que se fortalecía sintiéndose amenazados por el españolismo y la clase obrera, hoy al independentismo tradicional se suma el sobrevenido del catalanismo antes unionista y otro sector numeroso que suma es producto de la debilidad de las izquierdas que se encuentran sin fuerzas para imponer un relato fuerte y coherente sobre lo ocurrido y por qué, y lo más importante un relato que contenga salidas creíbles que consigan ilusionar.