En esa cultura, los restos de los varones suelen aparecer tumbados sobre su lado derecho, con la cabeza apuntando al Oeste y acompañados por armas como cuchillos y martillos. Pero este señor estaba acostado sobre su lado izquierdo, con la cabeza hacia el Este y rodeado de “jarras domésticas”. Es decir, lo habían enterrado como a una mujer.
Por tanto habría sido considerado “femenino” por los suyos, y según concluyen los arqueólogos, habría sido probablemente un varón homosexual y/o transexual.