Cayetana Álvarez de Toledo

Publicado el 22 diciembre 2020 por Plasnisk

Adelante gacheto-cuello

Cayetana Álvarez de Toledo, más conocida como Cuelletana, es una política argentina francesa y española con una seguridad en sí misma increíble, porque encima va estirada a más no poder. Parece que lleva un palo detrás

Tiene dos hijas, una de las cuales tuvo que ingresar en un centro de menores al enterarse de la realidad sobre los Reyes Magos. Nunca de lo perdonará a Manuela Carmena. Nunca.

Hija de una jirafa y una tortuga nació ya encantada de haberse conocido. Pronto lo de llevar la cabeza bien se lo tomó al pie de la letra.

Era muy odiada en el colegio, ya que miraba a sus compañeros por encima del hombro. Y de la verja. Incluso a uno que vivía en un segundo piso.

Vivió tranquila en su oficio como periscopio de un submarino hasta que una vieja malvada arruinó la infancia de su hija. Para quitarle el trauma tuvo que comprarle un pony, una excursión a la nieve y ordenar darle unos latigazos al servicio para que volviera a sonreir mientras le secaba las lágrimas con un pañuelo de Dior.

Empezó en la política llevándole los cafeses a Ángel Acebes. Se hizo española en 2007 para poder vivir de la cosa pública en las elecciones de 2008. Obtuvo un escaño por Madrid y durante tres años el diputado que estaba detrás no vio nada de lo que pasaba. En 2011 repitió como diputada y el de detrás decidió retirarse de la política.

En 2015 decidió no presentarse a diputada y aquel diputado decidió volver a la política. En 2019 volvió a presentarse como diputada y aquél quiso ahorcarse con la corbata, pero luego le dijeron que era por la circunspección de Barcelona y respiró tranquilo. El que le tocó detrás de ella, no mucho.

Pero no encaja en la línea moñas que estaba adoptando el PP del maricomplejines de Casado. No interesaba gente que discrepase y llamase a las cosas por su nombre y la purgó. Eso sí, ella se fue con la cabeza bien alta.

Hoy en día espera la llamada de Vox.