Durante la época más dura de la guerra contra el terrorismo de Al Qaeda, bajo la Administración Bush, el trabajo de localización, captura, interrogatorio o eliminación de elementos terroristas, fue sin duda una de las claves de la derrota del grupo yihadista, que fue golpeado una y otra vez por fuerzas especiales de Estados Unidos y por agentes de la CIA.
Esta estrategia exitosa, con algunos matices, es la misma que ha empezado a aplicarse con más intensidad contra el Daesh (Estado Islámico, ISIS... o como quiera llamar a esta pandilla de fanáticos con menos luces que una ciudad en un apagón eléctrico). Se trata pura y llanamente de cazar y eliminar a los líderes y principales yihadistas en Irak, Siria, Libia, Somalia, Pakistán, Afganistán, Yemen y en los países occidentales donde se encuentran disfrutando del relax que proporcionan algunos gobiernos.
La captura y eliminación de miembros destacados de Daesh por comandos de las Fuerzas Especiales y de la CIA recientemente, ha impulsado esta estrategia con nueva y valiosa información sobre otros importantes terroristas, que irán cayendo como bolos en una bolera.
Identificar, localizar, arrestar, capturar o eliminar, son los pasos de las Fuerzas Especiales y los agentes de inteligencia estadounidenses desplegados en varios teatros de operaciones. No hay fronteras ni límites para derrotar a Daesh (Estado Islámico). Es una guerra abierta, aunque lejos de los focos de los medios de comunicación.
Algunas de las informaciones interceptadas en Siria e Irak han sido decisivas para dañar seriamente las finanzas de este grupo terrorista y eliminar a algunos de sus importantes líderes. Todavía queda mucho por hacer para derrotarlos definitivamente, pero estamos en el camino correcto. Con suerte, el próximo presidente de Estados Unidos aprobará las medidas necesarias que faltan para liquidar por completo a Daesh (Estado Islámico).