Diabetes, alergia, celiaquía, intolerancia a la lactosa…. Todas estas enfermedades son como tener un hijo: te cambiarán la vida y son para siempre. Eso sí, no podrás jugar con ellas, o mejor dicho, tendrás que jugar con ellas todos los días de tu vida. Si tienes la suerte de tener uno de estos cromos en tu colección, sabrás de qué te hablo. Sino quizás lo has visto en algún familiar o amigo. El caso es que de pronto empiezas a entender todos los matices de una conversación que sólo oías al camarero de las bodas “¿Quién ha pedido un menú infantil de bistec con patatas?”. Cuando te diagnostican una enfermedad crónica te asaltan un montón de dudas. ¿Qué tengo que hacer ahora? ¿Qué tendré que evitar? ¿Cómo me voy a adaptar? DE hecho, si no te dedicas a la medicina, no tendrás ni idea de que va la película. Sólo tendrás una cosa clara: es para la toda la vida. Hay enfermedades para todos los gustos, algunas te limitan con la comida, otras al abrir un bote de lentejas y otras al recordar quien eres. Algunas son más llevaderas y otras te harán estar con mil ojos. Pero lo que realmente te pesa cuando te la diagnostican es que, sea lo q sea, te acompañará hasta el fin de tus días. Te tocará pasar por las cinco fases del duelo mientras aprendes como vas a vivir de ahora en adelante, si tienes que seguir un tratamiento y cuáles son sus consecuencias. Si la cosa se te hace cuesta arriba, no descartes pedir ayuda profesional que para eso está. Pero hoy te quiero dejar una idea que quizás te ayude: no hay nada crónico. Si, has leído bien, no hay nada crónico porque crónico quiere decir que será así toda la vida y yo te pregunto: ¿tú sabes lo que pasará mañana? Pues yo no tengo ni idea, sólo sé una cosa, imagine lo que imagine, me quedaré corto. No sé si lo sabes pero ya hace tiempo que se inventaron los implantes auditivos que permiten que una persona sorda hable por teléfono. ¡Una persona sorda hablando por teléfono! Si podemos hacer eso con la sordera, ¿qué no podremos hacer con el resto de cosas? Hace poco leí una noticia que decía que habían conseguido que un ciego pudiera ver y cada día estamos más cerca de la cura del cáncer (que de hecho se consigue en muchos casos). Así que cuando alguien me dice que tiene una enfermedad crónica, le doy la razón “de momento”. Lo que hoy es crónico mañana puede estar en los libros de historia. No somos conscientes de la velocidad a la que avanza la medicina. Hace 50 años no se había hecho el primer trasplante de corazón y hoy está a la orden del día. Ya que estamos, iré un poco más allá, si no hay enfermedades crónicas, ¿hay alguna cosa que dure toda la vida? Pensando se me ha ocurrido una, la amistad, pero esa depende de que la alimentes bien así que hoy le dedico la entrada a mi amigo diabético que sabe de lo que hablo.