Vampiros, hombres lobo, magos, brujas, ángeles y demonios. Desde que en 2008 se estrenara la primera entrega de la saga Crepúsculo, hemos visto pasar por la pantalla grande más de una… y más de dos historias sucedáneas, todas adaptaciones de novelas fantásticas con el "amor verdadero" entre humanos y criaturas mágicas como centro argumental. Todas ellas, además, destinadas a un público muy concreto: el adolescente. Teniendo en cuenta que, al mismo tiempo, también hemos visto vampiros, hombres lobos y brujas por televisión, no sería extraño decir que la temática quizás empieza a cansar un poco.
Clary (Lily Collins) es una adolescente cualquiera que vive con su madre en Brooklyn. Un día, sin embargo, decide entrar con su mejor amigo Simon (Robert Sheehan) a un extraño club. Allí presenciará un chocante hecho que... (seguir leyendo).
Lo mejor: la referencia a Bach –un puntazo, si te lo tomas a broma-, la música y el trío protagonista, con mucha más vida que otros del estilo.
Lo peor: la pobreza en el trazo de algunos de los personajes y que con el poco éxito que ha tenido, nos quedaremos sin ver las siguientes entregas de la saga.
Nota: 6
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