Esta receta es ideal para aprovechar tanto unos restos de un guiso, como un puré de patata que nos haya quedado.En lugar de albóndigas, podemos poner carne, pollo o incluso pescado guisado. Podemos sustituir las alubias por garbanzos o por lentejas.
Así que, haciendo pequeñas variaciones, obtendremos múltiples recetas adaptándolas a nuestros gustos particulares.CAZUELA DE ALUBIAS, ALBÓNDIGAS Y PURÉ
Ingrs. para 2 personas
8 albóndigas guisadas (resto de otro plato)4 o 5 patatas grandes200 grs. de alubias1 cebolla1 hoja de laurel1 cucharada sopera de mantequillamedio vaso de lechequeso Mahón-Menorca semi-curadoperejil
Partiendo de unas albóndigas que habían sobrado, decidí darles un aspecto totalmente distinto.
Las alubias puestas a remojo de víspera, las puse a hervir en abundante agua fría con la cebolla cortada a la mitad y una hoja de laurel. Cuando estén blanditas, las escurrimos y reservamos.
Por otro lado, ponemos a cocer las patatas peladas y cortadas en trozos grandes con una pizca de sal. Una vez cocidas, las pasamos por el pasapuré.
Agregamos la leche y la mantequilla mientras están todavía calientes para que se funda bien y revolvemos hasta que quede cremosa. Si vemos que queda demasiado espesa añadimos más leche.
En una cazuela de barro apta para el horno, ponemos el guiso de albóndigas en el fondo.
Repartimos las alubias bien escurridas alrededor y damos unas vueltas para que se impregnen del sabor del guiso de carne.
Con el puré, formamos una cobertura que extendemos con un tenedor hasta cubrir la totalidad de la fuente.
Rallamos el queso. En este caso un semi-curado Mahón Menorca, con el que cubro todo el puré de patata.
Hay que introducir la fuente en horno precalentado a 180ºC durante unos 15 minutos o el tiempo suficiente para que la superficie aparezca gratinada y el interior hierva a borbotones.
Dejamos templar ligeramente y servimos espolvoreado con perejil picado.
Texto y fotografías: Pilar Martínez
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LA COCINA DE LECHUZA