El verano es para mí sinónimo de berenjenas, aunque ya se puedan disfrutar todo el año. Sin dudarlo saben mejor en esta estación.
Tengo un recetario medio amplio de preparaciones con berenjenas, algunas más complicadas que otras, pero nunca difíciles de hacer. Si te ha quedado boloñesa puedes emplearla en estas cazuelitas y sin necesidad de mucho tiempo marcarte un tanto con el plato pues están muy buenas así (hasta ahora no recuerdo haberos dicho que estaban malas de otra manera, jajaja, ¡es que están estupendas de cualquier forma!)
Si no os sobra boloñesa, haced para que os sobre y no olvidéis "aliñarla" con un poquito de canela, ese es el secreto de este plato.
Ingredientes:
- Berenjenas.- Boloñesa (ver aquí).- Canela molida.- Queso especial fundir o mozzarella freca.- Harina.- Aceite de oliva.- Orégano, albahaca, tomillo... (opcionales).- Sal.
Elaboración:
Lava y despunta las berenjenas (si no son muy frescas quítales la piel). Córtalas en rodajas medianas proporcionadas de tamaño y ponlas es un escurridor salpicadas de sal gorda, al menos media hora. Enjuaga bien debajo del grifo y sécalas. Sala y enharina cada rodaja sacudiendo lo que sobra.
Fríe por tandas en aceite de oliva, que queden cubiertas. Quita el exceso de grasa sobre papel de cocina y coloca en una cazuelita de huevos al plato cuatro o cinco rodajas cubriendo el fondo y ligeramente encabalgadas. Tapa con una buena capa de boloñesa sazonada con una cucharadita de canela molida. Cubre con queso. Esparce tu hierba favorita (opcional).
Gratina hasta que se dore la superficie. Sirve.
Aquí con mozzarella fundida y albahaca: