CdE, el nuevo estres veraniego para padres

Por Peineta

Lo malo de no ser madre primeriza es que hay fases del crecimiento de tus hijos que les tiene más pánico que a la declaración de la renta. Y la operación pañal, o técnicamente llamada control de esfínteres es una que a mí me daba cierta pereza. Tanto, que el día que la profe de la guarde dijo la palabra cable "mañana mándamela en bragas" automáticamente se me cayeron las mías al suelo del temblor de piernas que me entró.

No podía empezar la operación una semana tranquila no, empieza en vísperas de festivo dónde en tu casa va haber más gente en el baño que un sábado noche en la disco. Por no decir que vas a ir a cenar a casa de amigos con una bolsa donde hay cava, coca de crema y en la otra 5 pares de bragas, un orinal y un mocho. Y te pasas la noche intentando calibrar tu borrachera adulta mientras te pones una alarma en el móvil que dice pisssssssssss cada hora. Fue maravilloso verme como iba pasillo arriba y abajo para que mi hija no se cargara el parquet de mi amiga. Bueno eso, y no sabéis lo que marea bajar la cabeza a un orinal cuando llevas 4 copas de cava.

Al llegar a casa tu hija solo quiere mear en SU orinal y en TU baño, puede parecer sencillo pero nooooooooo porque llegan tus padres de vacaciones y de media los dos necesitan un rato largo en el baño, a solas. Hasta que tu hija ni corta ni perezosa le grita a su abuelo que solo mea en el orinal, mi padre todo discreto saca la manito y pasa el orinal y claro, maría cabezona le dice que tu tía, que ella quiere orinal y habitáculo, me fui en medio de la negociación que mi padre es vasco y se las sabrá arreglar.

Al tercer día te lanzas a la calle con una bolsa que lleva principalmente bragas, no pasa nada pero que vayas a pagar el aperitivo en el bar y que pongas encima de la barra 5 pares de braguitas de Pepa pig antes de dar con tu cartera es de un glamurosa que ni la Esteban. Por supuesto llevas un estrés que pareces novata. Estas hablando con tus amigos y cual chuqui te giras cada cinco minutos para decirle a tu hija ¿Tienes pipi? Siempre dice que no, hasta que su hermano aparece diciéndote que hay rastro de su hermana, para cuando llegas es tarde querida... Otras veces llegas a tiempo pero a un árbol, porque los baños de los bares no le gustan, no hay orinal, con monillo ya me llevé el orinal de paseo, con ella me niego.

Creo que el óscar de todos modos se lo lleva el primer día, ese en el que sale de la guarde contándote que es mayor que ha hecho pipi en el baño con todos, tu vas feliz, y para cuando te descuidas decide regalarte su primer no control de esfínteres, que no vas ser un pis sino un zurullo como una catedral. Te vas a casa, la despelotas la bañas y ale a por más bragas.

Al segundo día te das cuenta que la hora del zurullo es la misma y según va cogiendo pose de acción la eleves al vuelo pones tu mano cual cubo y sales poseída hacia el baño, quien está en el baño???? Tu madre, lo abres de golpe tu madre grita: Oju que manía en esta casa con los baños compartidos y tu le pones a su nieta y el zurullo a la vera, el caso es que como buena abuela no protesta sino jalea que su niña ya hago tó en el orinal. Por supuesto su nieta quiere enseñar su hazaña a toda la familia y para cuando te descuidas la ves pasear el orinal por el pasillo, ante tu grito y persecución.

Creo que no me dejo ningún momentazo por ahora en el tintero, es más, espero no tenerlo todo sea dicho. Por ahora sigo con mi kit de supervivencia: bragas molonas a montones, paciencia relativa, un reloj cerebral que solo dice Pipi, y un adaptador plegable para los baños ajenos que es la repera. Si a eso le sumas un hermano mayor que a base de huevos kínder consigue ponerla en el orinal más a menudo, esto parece que no irá mal.

Como segunda vez en mi vida os diré cosas que para mí son claves: que los niños estén preparados y maduros; para ello la señal es que empiecen a pedirlo, que se escondan para hacer caca y sobre todo si podéis coordinarlo con la escuela o guarde mejor que mejor. Comprar ropa interior que les guste (a kilos), hacerlo en una época no muy fría y que vosotros estéis con algo de dedicación al tema. Celebra cada logro como si fuera un cumpleaños, puedes preparar alguna recompensa. No hagáis planes estrella para los primeros días, ni viajes kilométricos en coche, ropa fácil y cómoda, no es momento de monos o petos. Pero sobre todo pensar que esos días de locura luego serán recompensas de ahorro en pañales, en culos irritados y pantalones que quedaban pequeños que vuelven a quedar perfectos 😉

Os dejo hay alguien que grita Amaaaaaaaaa pipiiiiiiiiiiiiiiiiii 😉