El próximo 11 de noviembre se celebra el Día Europeo del Enoturismo y quiero celebrarlo con esta entrada a la que, al contrarío que en otras ocasiones, voy a intentar dar un tono más alegre, alejado de mi habitual visión pesimista del panorama. No es que el enoturismo en España se haya afianzado como un “turismo de experiencias”, bien vertebrado, conocido y apoyado por los sectores públicos y privados.
Tampoco es que haya mejorado mucho su difusión en los últimos años, desde su incursión en nuestro vocabulario turístico, allá por 2004. Ni si quiera está asentado en el acerbo popular : aún hoy, cuando hablo con algún amigo de fuera de este mundillo, tengo que explicar que es el enoturismo. Pero hay cosas que celebrar:
Cada año hay más actos que promocionan el enoturismo
En muchas ciudades y rutas se celebran jornadas y días de puertas abiertas coincidiendo con la fecha. Cada año parece que son más empresas y ayuntamientos los que señalan este día en su calendario, celebrando la cultura del vino y proponiendo al turista una manera diferente, enriquecedora y original de aprovechar su tiempo de ocio. Para muestra, este enlace a la correspondiente búsqueda de Google:
Noticias sobre el Día Europeo del Enoturismo
Cada día somos más los que aunamos esfuerzos para que esta pasión se expanda por Internet y para que el enoturismo llegue a un público más amplio. Nuevos portales, blogs, tiendas on-line, páginas de eventos y ferias aparecen cada mes enriqueciendo la oferta y la información. Pero sobre todo, creo que es la presencia del enoturismo en las redes sociales la que está difundiendo el término y su significado. Otra muestra de esto en estos enlaces:
Búsqueda de #enoturismo en Twitter
Búsqueda de enoturismo en Facebook
El turismo ligado a la gastronomía crece con fuerza
Está claro que hacer turismo en España es comer y beber bien. Esta claro que los turistas extranjeros siempre incluyen el sol, la comida y la gente entre sus respuestas al porqué de su elección. Lo que no estaba claro, por lo menos hasta hace poco, es que nos hubiéramos dado cuenta de que el boom de la gastronomía española fuese mas allá de las estrellas Michelin. Por suerte, cada vez más, en casi cualquier destino, ha crecido la oferta de un turismo gastronómico de calidad y asequible, en el que los restauradores se preocupan de cuidar productos, servicios y presentaciones y por fin elaboran cartas de vino fuera de tópicos, incluyendo vinos de la tierra y de DO’s que no son las habituales Rioja y Ribera.
Hace ya algunos años disfrutamos del vino en las grandes ciudades (Madrid, Barcelona, Valencia…) que se suben al carro de lo que ya hace mucho pasaba en Logroño, en Valladolid o en San Sebastián: los locales se preocupan por servir buenos vinos por copas, traen las bodegas a la ciudad y preparan cursos de cata, rutas de la tapa, presentaciones de nuevos vinos… Crecen eventos como las distintas “Cuinas Obertas”, la Feria de Vinos y Licores del cauce del Turia, el Millesime Weekend o el Madrid Fusión, que también son un claro exponente de esta necesidad de hacer lo que italianos y franceses hace mucho que aprendieron: hay que traer las bodegas a las ciudades, dónde mayoritariamente vive el enoturista habitual.
Así pués, celebremos, por estos y por otros muchos motivos, el Día Europeo del Enoturismo. Y desde aquí hago un llamamiento para que el año que viene tengamos un motivo más de celebración: promovamos que, en su próxima edición, el diccionario de la Real Academias de la Lengua Española incluya la palabra enoturismo entre sus nuevas incorporaciones. Si, si, si lo buscas no está, pero si buscas “CD-ROM”, “módem” o “Internet” si que aparecen: se incorporan palabras que vienen directamente del inglés porque su uso se ha generalizado. Generalicemos el uso de nuestra bonita palabra y consigamos que el enoturismo entre en la RAE.
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