El término “célula madre” es relativamente reciente, independientemente de la aceptación que haya podido tener entre propios y extraños. No obstante, terapias celulares basadas en la pluripotencia de este material biológico se están llevando a cabo de forma rutinaria desde mediados del siglo pasado. Dos grandes polos de investigación, en ocasiones enfrentados, constituyen la base de la medicina regenerativa que firmemente pretende traducirse en innovadoras terapias en humanos: aquellos grupos centrados en el estudio de células madre denominadas adultas -cuyos resultados se están extrapolando con éxito en tratamientos clínicos-, y los encaminados a desentrañar los misterios de la pluripotencia de las células madre de origen embrionario –todavía sin aplicación en biomedicina debido, entre otras cosas, al recelo que por motivos religiosos, que no bioéticos, ha suscitado en la Administración de muchos países. Entre ambos polos podríamos, tentativamente, situar las investigaciones llevadas a cabo con células madre derivadas de cordón umbilical, fetales o, incluso, germinales…
Células Madre Embrionarias
¿Qué es realmente una célula madre?, ¿cuántos tipos existen?, ¿qué potencial biológico y terapéutico tienen? Básicamente, se puede definir una célula madre por sus tres características principales: i) puede dividirse dando lugar a nuevas copias de sí misma; ii) puede diferenciarse bajo ciertas condiciones fisiológicas o experimentales hacia otros tipos y linajes celulares, y iii) puede acabar colonizando y originando nuevos tejidos y órganos. Dicho esto, y considerando el origen celular último, podríamos agrupar toda esta escala de posibilidades en dos grandes bloques: Células Madre Embrionarias o ESC (Embryonic Stem Cells) procedentes, esencial aunque no únicamente, de la Masa Celular Interna (MCI) del blastocisto, y Células Madre Adultas o ASC (Adult Stem Cells), las cuales, por ejemplo, tendrían la función de reparación de tejidos dañados o de renovación celular fisiológica.
Siempre que se habla de una futura terapia novedosa, los medios de comunicación aprovechan el goloso filón informativo. A veces, incluso, lo menos llamativo es el descubrimiento en sí. Polémicas ideológicas o frases fuera de contexto prima sobre la información científica. El siguiente, podría ser un ejemplo…
A la eterna polémica suscitada por la investigación con embriones humanos desde que en 1998 James Thompson, Universidad de Wisconsin, aislara células pluripotenciales derivados de ellos, habría que añadir el primer ensayo mundial que se va a realizar en siete hospitales de EEUU –país que prohíbe cualquier estudio público con este material-. Si bien los ensayos con células derivadas de embriones siguen siendo escasos, se trata de uno de los frentes, junto al de las células madres adultas o inducidas pluripotenciales más prometedores en medicina regenerativa.
El estudio está siendo financiado con dinero privado, ha recibido la autorización sanitaria de la FDA (Administración norteamericana de Alimentos y Medicamentos) y consiste, en un principio, en un ensayo de fase I, con pocos pacientes, para verificar la seguridad y eficacia inicial en regeneración de médula espinal. Todos los pacientes tendrán lesiones medulares recientes, en caso contrario, dicha regeneración y remielinización de las fibras nerviosas, tras la formación de la cicatriz, sería prácticamente imposible…
A día de hoy, el primer paciente está ya listo para iniciar el tratamiento –fase I- en el Shepherd Center, un centro de investigación y de rehabilitación para personas con lesiones en médula espinal y lesiones cerebrales con sede en Atlanta (Georgia).
Según Anna Krassowska, portavoz de Geron Corporation –la compañía responsable- el tratamiento consistirá en una inyección en el lugar de la lesión con células precursoras de oligodendrocitos, productoras de la mielina que protege los axones. No obstante, mientras esta nueva esperanza se materializa -con el visto bueno del Gobierno Obama, quien ya anunciara hace más de un año su apoyo a estos proyectos con células derivadas de embriones humanos- un juez federal sigue amparándose en la ley para prohibir la investigación con este sensible material, al menos, con dinero del ciudadano norteamericano. De momento, y desde septiembre, la Corte Federal de Apelaciones de Washington ha suspendido, temporalmente, el veto del magistrado mientras considera el recurso interpuesto por el Gobierno de Obama.
Una vez más, el futuro científico no depende de la importancia intrínseca de lo investigado…
Células embrionarias en terapias (Entre Probetas)
Mientras tanto y en España, se han estructurado Redes de Investigación, con centros de referencia principalmente en Andalucía, Cataluña y Comunidad Valenciana. Entre los proyectos que las correspondientes Administraciones han considerado y aprobado están la Transferencia Nuclear y la creación de embriones quimera entre núcleos humanos y citoplasma de ratón, tal y como solicitó el equipo liderado por Izpisúa. Enfermedades de calado social tan profundo como diabetes, Parkinson o diferentes tipos de cánceres están sobre la poyata. Uno de los inconvenientes que se pretende solucionar en la utilización de ESC es su mayor capacidad de inducir tumores. En este sentido, la diferenciación celular completa, partiendo de una población homogénea, pura, permitiría evitar que una subpoblación permaneciera en un estadio más indiferenciado y, por lo tanto, con potencial de seguir dividiéndose y escapando al control de replicación.
Según la opinión generalizada entre investigadores del campo, además de los actuales avanzas en neurología, será la diabetes una de las primeras enfermedades cruciales posiblemente tratadas con terapias basadas en ESC. Los intentos de generar islotes de Langerhans funcionales productores de insulina para trasplantes tendrán que considerar la amenaza autoinmune que subyace en la diabetes tipo I, además de los problemas inherentes a la histocompatibilidad. En este mismo sentido, proyectos de Transferencia Nuclear han sido aprobados en Reino Unido a propuesta de la Universidad de Newcastle con pacientes diabéticos.
Además de los blastocistos, otras fuentes de células madre pluripotentes las encontraríamos en estadios embrionarios anteriores, mórula o embriones detenidos a partir de dos blastómeros, o tejidos posteriores de origen extraembrionario (amnios, por ejemplo). Estas y otras opciones buscan minimizar las connotaciones religiosas que supone el tener que destruir embriones en investigación: utilizar blastómeros, como se acaba de mencionar, respetando el resto del embrión, o células derivadas de embriones no funcionales (cdx2 deficientes). Finalmente, con o sin recelos morales previsibles, tanto la Ley Española (14/2007) de Investigaciones Biomédicas (LIB) –que ya ha analizado casi un centenar de proyectos con embriones humanos-, como la HFEA británica, han amparado estos primeros proyectos con embriones quiméricos.
No podría cerrar este artículo sin, al menos, destacar los firmes y prometedores pasos legislativos acontecidos en España durante el último lustro, y que nos han situado a la vanguardia del progresismo científico. Cuando hablamos de células madre, la normativa actual española se encuentra entre las más avanzadas del mundo, siendo garantista tanto en el control de la autorización de los proyectos como en su seguimiento. Dos leyes han tenido la culpa: Ley 14/2006 (26 de mayo) sobre Reproducción Humana Asistida y, sobre todo, la Ley 14/2007 (3 de julio) de Investigaciones Biomédicas (LIB). Tal y como se refleja en el preámbulo de esta última, uno de sus ejes prioritarios consiste en proteger la dignidad del ser humano respecto de las aplicaciones de la biología y la medicina –tal y como se suscribió en Oviedo el 4 de abril de 1997-. La LIB permitiría “la utilización de cualquier técnica de obtención de células troncales embrionarias humanas con fines terapéuticos o de investigación que no comporte la creación de un preembrión o de un embrión exclusivamente con este fin y en los términos definidos en la Ley”.
En el ámbito mundial, los polos están bien definidos. Un curioso sentido de la “defensa” de la dignidad humana llevó al anterior presidente de EE.UU. a secundar a Honduras y Costa Rica en la Asamblea General de la ONU, cuando el 18 de febrero de 2005 se aprobó una declaración, no vinculante, que instaba a todos los gobiernos a tomar las medidas oportunas para prohibir todo tipo de clonación, incluyendo la Transferencia Nuclear. Por supuesto, Bélgica, Reino Unido y Singapur, entre otros países, se opusieron. Y como ya se ha señalado, el nuevo inquilino de la Casa Blanca ha realizado declaraciones decididas a favor de la financiación con dinero público de esta clase de proyectos.
JAL -(CBMSO)
DIVULGACIÓN CIENTÍFICA A 18 DE OCTUBRE DE 2010
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