Desde el descubrimiento de las células iPS (células
pluripotenciales inducidas) por parte del Dr. Yamanaka, reciente premio Nobel,
se discutía si producen rechazo al ser trasplantadas, a pesar de haberse
derivado de células del propio sujeto receptor. Un artículo reciente en The
Scientist ha aclarado que el grado de rechazo que producen es mínimo y es igual
al que producen las células madre de origen embrionario. Enlace al texto traducido al español.