Células transgénicas contra el VIH

Publicado el 10 marzo 2014 por Angela Monasor @AngelaMonasor

La actualidad científica nos ofrece un tema redondo con el que hablar de transgénesis y tratamiento del SIDA. Ni los únicos genes que se intentan modificar son los del maíz  o los tomates, ni parece que exista una conspiración farmacéutica para boicotear la cura del SIDA.

Hace unos días se publicaron los resultados de un grupo de científicos que está intentando desarrollar una nueva estrategia para combatir esta enfermedad. Y está basada en la modificación genética de las células de nuestro sistema inmune.

Representación del virus de la inmunodeficiencia humana

Como muchos sabréis, el virus de la inmunodeficiencia humana ataca a las células del sistema inmune, destruyendo nuestras defensas y convirtiendo nuestro organismo en un blanco fácil para todo tipo de virus, bacterias u hongos patógenos. Para infectar nuestra células, los virus necesitan aterrizar sobre unas proteínas llamadas CCR5. Si no fuera por estas proteínas-puerta, los VIH no podrían entrar en nuestras células: seríamos resistentes. Pues bien, resulta que hay personas – aproximadamente un 1% de la población –  que no tienen estas proteínas y por tanto, son resistentes al VIH.

Todo esto lo sabían los médicos que en  2008 lograron que Timothy Brown, conocido como el paciente de Berlín, viera como los virus que poblaban su cuerpo desaparecían gracias a un transplante de médula ósea que recibió para combatir la leucemia que sufría. Los médicos, viendo la oportunidad perfecta para tratar las dos enfermedades, buscaron un donante portador de la mutación que hace sus células resistentes al VIH. La médula ósea es el órgano donde se producen todas las células del sistema inmune, así que desde la operación, Timothy no tiene niveles detectables de VIH y no toma anti-retrovirales para tratarse.

Sin embargo, un transplante de médula ósea es una operación difícil y arriesgada. Por eso los médicos han pensado en otra alternativa para combatir el VIH: inyectar células modificadas genéticamente que sean resistentes al virus.

Lazo rojo, lucha contra el SIDA

Para realizar el tratamiento, los científicos tomaron células inmunes de cada paciente, modificaron sus genes para introducir la mutación que les hace resistentes al VIH y multiplicaron estas células en el laboratorio para poder inyectar 10 billones a cada paciente. La mitad de los pacientes que siguieron esta estrategia vieron reducidos sus niveles de virus y pudieron dejar su tratamiento habitual durante tres meses.

Una de las limitaciones de este tratamiento es que los pacientes siguen produciendo sus propias células inmunes, que no son resistentes al VIH y pueden ser infectadas por él. La alternativa que se propone para el futuro es lograr introducir la mutación en las células madre de la médula ósea, responsables de producir el resto de células inmunes. De este modo, los pacientes producirían un flujo constante de células inmunes resistentes al VIH, que no tendría lugar donde reproducirse.

Por supuesto, el tratamiento no está exento de efectos adversos como fiebre, dolores de cabeza o dolores musculares o abdominales. Pero la promesa de que una sola inyección pueda convertirse en una alternativa al actual tratamiento que los pacientes tienen que tomar de por vida, hace de estos estudios una piedra angular. El equipo de investigadores espera realizar ensayos clínicos con un mayor número de pacientes pronto.

Así que ya ves, modificar los genes puede tener ventajas. Y hay científicos que buscan la cura del SIDA. Eso sí, ellos te dirán con cautela, “Cure is a four letter word”, (Cura es una palabra de cuatro letras); no te das cuenta de lo larga que es hasta que la deletreas. Y las pseudo-ciencias se especializan más en los trabalenguas.