1. EL ÁNGEL EXTERMINADOR
- Hay mucha gente a la que le da miedo pararse debajo de su espada porque parece que se las va a clavar, me dice una antropóloga de la que nunca sabré su nombre y que, ante mi interés y curiosidad, me informa que está haciendo un relevamiento de tumbas antiguas en el interior del cementerio. Su figura y la de algunos de sus ayudantes – estudiantes de antropología o arqueología, supongo- es lo primero que diviso en la fresca y diáfana mañana en el Cementerio de Azul, uno de los diez sitios recomendados por la mayoría de las guías turísticas del país y que resulta un hallazgo para todos aquellos que sienten que en lugares como ese puedan encontrarse con verdaderas muestras artísticas que -por su belleza y originalidad- logran trascender el espíritu mortuorio que las envuelve.
La obra que engalana la entrada del cementerio es realmente monumental e invita a quien se ponga delante de ella a que se tome un tiempo para observarla desde diferentes ángulos y elabore con ellos composiciones más que interesantes, que surgen de la inevitable combinación de las líneas geométricas con las que está diseñada y el azul del cielo que la recorta como telón de fondo. Sin embargo, más allá de la sorpresa que supone encontrarse con una pieza de ese estilo, la misma no resulta una extrañeza cuando se indaga acerca de la biografía del arquitecto Salamone y se toma contacto con las bases que forjaron la particular visión que tuvo en cuenta a la hora de desplegar su arte.
Pero más allá de ser una pieza artística digna de admiración, para buena parte de la población azuleña el ángel representa una figura maligna, de tintes temerarios y que explica, quizás, porqué muchos de ellos cuando tienen que visitar a sus muertos deciden hacerlo por una puerta improvisada en un costado del complejo y no por la puerta de acceso, ya que no soportan la idea de tener que pasar por debajo del coloso que mira desde arriba en clara señal de blandir su espada sobre cualquiera que ose atravesarlo desde abajo. - La gente le tiene miedo y la verdad es que da un poco de miedo. El ángel representa unos ideales de sociedad y civilización que dan miedo, me dice entre risas la antropóloga que ya a esa altura me confesó ser egresada de la Universidad de la Plata y que llegó hasta Azul para investigar a fondo la obra de Salamone y su relación con el mundo social de la época partiendo de la información que arrojan las tumbas.
El Ángel vigía de Salamone en la entrada principal del museo
Las líneas que configuran el ángel contrastan con el color del cielo que las recorta casi de manera pictórica
El cambio de encuadres ofrece diferentes vistas del ángel que suponen una experiencia en sí misma
Las líneas del rostro y del cuerpo acentúan los rasgos del ángel y lo vuelven un personaje temeroso y admirable por partes iguales
Detalle de las alas dando sensación de movimiento
2. UN CEMENTERIO A LA ALTURA DE LOS GRANDES DEL MUNDOLa mayoría de las tumbas, panteones y capillas que sobresalen en el Cementerio de Azul fueron construidas a principios del siglo pasado y son la prueba fehaciente de una etapa de esplendor no sólo del país sino de Azul como centro residencial de la oligarquía bonaerense. Muchas de ellas se construyeron siguiendo las directivas de planos que provenian de artistas europeos y, en algunos casos (sobre todo de las familias que ocuparon cargos públicos) directamente las trajeron de ciudades como París, Carrara o alguna otra que integraba, por entonces, el circuito escultórico del Viejo Mundo.
Veamos algunas:
Puertas de Hierro de panteones I
Puertas de Hierro de panteones II
Reminiscencias góticas en una bóveda familiar del siglo pasado
Esculturas y mayólicas engalanan las entradas de las bóvedas y panteones
Esta imagen es una de las más sorprendentes del Cementerio ya que encierra belleza y misterio por partes iguales
Ni siquiera el paso del tiempo pueden opacar la belleza de algunas piezas arquitectónicas
Altorrelieves con motivos cristianos en la entrada de un panteón familiar
Los diseños de algunas tumbas son realmente increíbles
Y las fotografías de algunos personajes inspirarían a cualquier autor de novelas de misterio
La Cruz del pórtico también fue diseñada por Salamone y guarda el estilo del resto de su obra bonaerense
Me alejé de él, crucé la calle y desde la vereda de enfrente lo observé minuciosamente. El sonido de los pájaros ofició durante un buen rato como columna sonora de las imágenes que se imprimían en mi memoria y empezaban a fantasear esbozos de guiones cinematográficos. Durante un rato pensé que suerte hubiera corrido el Ángel de Salamone si en vez de Azul hubiera sido puesto en cualquiera de las grandes ciudades del viejo continente. Seguro que formaría parte del patrimonio artístico, histórico o cultural de la humanidad o habría grandes colas para verlo y ametrallarlo con disparos tal como sucede con las grandes obras de arte. Pero por suerte el Ángel no estaba ni en Berlín, ni en París ni en Firenze. Estaba en Azul, ahí parado incólume y soberbio frente a mis ojos, aislado del ruido citadino y exhibiendo su belleza y magnificencia como un antiguo coloso romano. Esperando ser descubierto y desafiando a quien se atreva a pasar por debajo de su espada e ingrese en el silencioso mundo de los muertos que se esconde tras de sí.
Más info:
Cementerio de Azul Necoche esquina Sarmiento (Allí mismo funciona el Centro de Exposiciones Arq. Salamone donde se pueden ver algunos objetos e infografías relacionados con la obra del artista).
Horario de Atención: L a V de 7 a 18 hs. Sábados, Domingos y feriados: 8 a 18 hs,
Para saber mas acerca del Arq. Salamone Obra de Salamone