Esta hermosa autora islandesa de nombre impronunciable fue uno de mis primeros redescubrimientos de fines del año pasado. Accedí a ella con su novela El último ritual, que fue el libro con el cual inicié esta aventura del Blog. Y parece que me ha traído suerte ya que ahora superamos las diez mil visitas.
En esta oportunidad presento esta novela, que va asociada a uno de los temas últimamente recurrentes en este extraño país de Islandia; el flagelo de la erupción de sus volcanes. Tenemos fresca aún la noticia de la nube de ceniza que invadió Europa y que bloqueó todo el tráfico aéreo por varios días.
La novela se inicia con la narración de una violenta erupción de un volcán en Islandia, lo que obliga a desalojar una pequeña isla. Las cenizas y la lava sepultan una población. Sus habitantes se ven en la necesidad de iniciar una nueva vida en duras condiciones, y muchos abandonan la isla.
Treinta años después aquel trauma parece superado, pero el proyecto Pompeya del Norte decide desenterrar algunas de las viviendas. En las excavaciones de una de las casas, junto a objetos y utensilios cotidianos, se realiza un hallazgo sorprendente: cuatro cadáveres habían quedado ocultos por las cenizas todo ese tiempo sin que nadie sospechara de su existencia. Una abogada se ve forzada a investigar qué había ocurrido realmente con aquellos cuerpos y cómo habían llegado allí. La evidencia de un antiguo crimen hará aflorar una sórdida historia de violencia que parece no haber finalizado todavía, estremeciendo la aparentemente tranquila vida de un pueblo de pescadores.