Centésima trigésima sexta mañana

Por Malaventura

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La vanidad nunca es discreta; discreción y vanidad son incompatibles.

11:36

La vanidad elogia para ser elogiada.

11:37

La vanidad se viste con diferentes ropajes, con el vestido del orgullo o con el vestido de la humildad, siempre llamativos. Aparentes disfraces de lo que nunca dejan de ser: vanidad. 

11:39

La vanidad nada aprende de las derrotas y todo lo enseña en las victorias. 

11:40

La vanidad se ensalza por amor propio, jamás por amor ajeno. 

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La vanidad no es tan envidiada como la riqueza. La vanidad sin riqueza es altanería, la riqueza sin vanidad es fortuna. 

11:41

El espejo se ríe de los vanidosos, y mucho más se ríe el váter.