Centésima vigésima segunda tarde

Por Malaventura

19:45

Tarde de mayo. Cansado de leer apoyo la cabeza en el respaldo del sillón de la terraza. Cierro los ojos. Me sumerjo en los sonidos de la tormenta, el viento zarandeando las ramas, el agua golpeando los cristales, el trueno retumbando bronco y unos perros que aúllan asustados. 

19:49

Ausente, ajeno a todo lo que sucede fuera de mi percepción, se desvanece el deseo de esplendor, el anhelo de escapar de la torre de la angustia, el desdén de los malos momentos.