Noches de insomnio, por el calor, por los recuerdos, por las esperanzas y las inquietudes, por los amores imposibles, por los «y si…». Mañanas que abren la puerta a nuevas oportunidades… para los mismos corazones maltratados. Centrifugando recuerdos cumple 21 semanas, y aún queda camino por delante.
(Los capítulos anteriores los puedes leer aquí)
Sara no sabe qué hora es, pero aún está oscuro, así que no debe hacer mucho que se acostaron. Tere duerme plácidamente tumbada boca abajo, agarrada a la almohada. Sara se sienta junto a ella y su mano derecha le acaricia la espalda desnuda, provocando un leve movimiento y un murmullo aparentemente placentero.
«A saber qué estás soñando; algo mucho más agradable que yo, seguro». La imagen de su hermana rodeada de cables regresa como un fogonazo, clavándosele en el corazón. Cierra los ojos y se aprieta el pecho. «Basta», se ordena a sí misma. Entonces suspira y vuelve a mirar a su amiga, envidiando la paz que transmite.
«Tienes razón… No tiene sentido que siga machacándome por mi hermana perdida. Ya hace mucho que te tengo a ti». Vuelve a acariciarla. «Pero no puedo evitarlo. Me…
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