Superadas las 46.000 palabras, Centrifugando recuerdos ya es una novela, a la que, sin embargo, aún le queda mucho por contar. A un ritmo más lento (el que me permite mi disponibilidad de tiempo), pero la trama sigue avanzando. Os dejo con la 27ª entrega, y la maravillosa ‘If I be wrong’ de Wolf Larsen como banda sonora.
(Los capítulos anteriores los puedes leer aquí)
Después de salir de la ducha, Tere saca una cerveza de la nevera y se dirige a la ventana del comedor para bebérsela despacio mientras contempla cómo se deshacen las nubes sobre la Alhambra.
Como a media Granada, la tormenta la pilló por sorpresa y llegó a casa hecha un asco. La habitual mezcla del sudor propio con los inevitables aromas corporales de los pacientes de urgencias que impregnan la ropa, y que siempre tiene la impresión de que es imposible hacer desaparecer del todo, había adquirido una consistencia extra con las salpicaduras rebozadas en polvo, barro y las múltiples sustancias que habitan en el pavimento. Ser víctima de la tormenta más furiosa que recuerda era el epílogo perfecto a otra agobiante jornada en el hospital, con las urgencias colapsadas, sin aire acondicionado, con los…
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