Hago esta confesión porque Rosa Montera, escritora de la que no he leído nada pero que siempre dice cosas interesantes en las entrevistas, acaba de publicar una novela titulada “Como Lágrimas En La Lluvia” (célebre frase de la película de Ridley Scott), en la cual recrea un mundo futuro semejante al de la película. Un homenaje. Como me interesó la novela y mi proceder mental es complejo, decidí leerme primero la novela de Philip K. Dick en la que está basado el film (“¿Sueñan Los Androides Con Ovejas Eléctricas?”) para luego poder leer con más satisfacción la de Rosa Montero. ¿Quién dijo que la línea recta era el camino más corto entre dos puntos?
¿Sueñan los androides con palomas a las que abrazar?
He dicho que no he visto "Blade Runner", aunque debo matizar mis palabras: no la he visto entera, del tirón; es la típica película que llevan poniendo en la tele desde crío y que conozco perfectamente su argumento, sus giros, las escenas más míticas (“he visto cosas que vosotros no creeríais...”) y su misterio final (aunque el Blade Runner se vista de seda, ¿replicante se queda?). Creo que el hecho de que no la haya visto entera tiene mucho que ver con su música: siempre me dio muy mal rollete esa puta canción de Vangelis que servía de cabecera para "Documentos TV" y que parece tocada por una banda de androides salidos de la movida madrileña. Pero es que además la ciencia ficción es un género que, en general, desde pequeño me ha dado pavor. Quizás por su descripción de futuros distópicos o apocalípticos, por su relación con lo desconocido y con el espacio exterior (véase mi consabida Cosmofobia), por lo que sea...pero es así.Por alguna extraña razón, de chabalín me daba mal rollo esta peli.
Algunos se extrañan de que la ciencia ficción no me guste y que sin embargo me encante "Star Wars", pero es que nunca he considerado la saga de George Lucas dentro de este género. "La Guerra de las Galaxias" es, sin discusión, fantasía; como "El Señor de los Anillos" pero con rayos láser y velocidad de la luz. Y es que en ella no se nos narra un futuro hipotético basado en fundamentos científicos (recordemos el prólogo: “Hace mucho, mucho tiempo, en una galaxia muy lejana”, o los improbables viajes por el hiperespacio en chatarras voladoras). En ella se nos presenta la lucha entre el Bien y el Mal ambientada en una galaxia que perfectamente podría ser la Tierra Media, con sus buenos y sus malos, sus poderes imperiales (Sauron y Saruman) y una valerosa resistencia (los pueblos libres), así como el papel fundamental de un objeto de poder y deseo: la Fuerza (y la princesa Leia, claro).Pero bueno, mi espíritu friki ha hecho que poco a poco le vaya pillando el tranquillo a la ciencia ficción. Y es que debemos luchar siempre contra nuestros miedos infantiles. ¿Acaso no es un signo de madurez que según vaya cumpliendo años me empiecen a gustar las historias de marcianitos? Nos vemos cerca de la Puerta de Tannhäussen.