El Berguedá es una Comarca cercana a Barcelona (Cataluña) cuya capital es Berga. Villa histórica, con pasado industrial y minero. También muy reconocida por la ganadería bovina/porcina, y las granjas avícolas. Su fiesta más importante "La Patum" fue declarada por la Unesco, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
En su rica gastronomía podemos encontrar un plato tan tradicional como el cerdo confitado en aceite de oliva y hierbas aromáticas, cuya preparación solo requiere carne muy fresca y algo de tiempo.
Ingredientes
Panceta de cerdo muy magra Aceite de oliva suaveManteca de cerdoLaurelTomillo frescoGranos de pimientaCabeza de ajosTrufa de bote (si tenéis natural mejor)
La preparación requiere unas horas de antelación, o de un día para otro.
Revisar la piel de la panceta por si quedara algún pelo, Quemar en la lumbre si hace falta. Lavar y secar bien.
Poner la panceta en un recipiente que pueda ir al horno. Introducir las hierbas aromáticas, la pimienta, y los ajos (yo los machaco un poco). A continuación cubrir con la mitad de aceite y la mitad de manteca de cerdo.
Cocinar en el horno tapado a 95º, durante 6 horas.
Una vez retirado del horno y con el aceite aun caliente, añadir unas tres o cuatro rodajas de trufa para aromatizar. No os paséis, si no queréis que todo sepa a trufa.
Enfriar a temperatura ambiente.
Escurrir la panceta del aceite, y condimentar con sal. Calentar una sartén y freír la panceta por el lado opuesto de la piel. Echar unas gotitas del aceite resultante del confitado por encima. Cuando esté dorada dar la vuelta, Tostar la piel hasta que esté crujiente del todo.
Servir inmediatamente bien caliente.
Lo ideal es comer la panceta acompañada de puré de garbanzos, os explico como hacerlo.
Ingredientes
Garbanzos hervidos de boteLaurelAgua mineralAzafránSal
Escurrir los garbanzos de su jugo y lavadlos bajo el grifo del agua. Colocarlos en una olla con una hoja de laurel, un poco de sal, y unas hebras de azafrán. Cubrir de agua mineral y hervir a fuego lento una media hora. Necesitamos que ablanden bien.
Escurrir los garbanzos, reservando un poco de agua de la cocción. Pasar por el pasapuré. Verter el puré en un recipiente y batir bien con un poco de caldo reservado y unas cucharadas del aceite de confitar la carne. Debe quedar un puré suave, aromático, y cremoso. Condimentar con sal si fuera necesario.
Reservar al calor hasta el momento de servir.
Cuidado con el microondas, si vais a calentar el puré en él hacedlo a poca temperatura o saltará por todo el interior. Es mejor mantenerlo caliente dentro del horno, tapado, y a baja temperatura
Ni que decir tiene que el conjunto queda mejor con una salsa que lo acompañe. Si os animáis probad está con vino tinto y miel. Además de que es muy fácil de hacer, el plato queda redondo.
Ingredientes para la salsa (4 personas)
2 cebollas de verdeo medianasAceite del confitadoUna cucharadita de las de café de mielDos dedos de vino tinto (si es buen mejor)1 vaso (de los de vino) de caldo1/4 de pastilla de sopicaldo (sustituto de la sal)Espesante alimenticioMantequilla (opcional)
Paso a paso porque hay que afinar mucho. Es mejor ser avaro con las cantidades porque si os pasáis o no llegáis con algún ingrediente no os quedará bien.
Primero cortar la cebolla en brunoise bien fina. Pochar a fuego lento con un poco del aceite del confitado hasta que tome un color miel muy dorado. No debe quemarse, así que removed de vez en cuando y vigilad el fuego.
Verter el vino tinto. Remover, y reducir completamente. Mientras se cocina aplastad la cebolla con una espátula.
Una vez se haya evaporado el vino, sofreír un poco más la cebolla (con el aceite que aflore) para que la base coja un color más oscuro. Todo a fuego muy bajo para que no se queme.
Echar el caldo caliente. Hervir un minuto y pasar la mezcla por el chino, aplastando bien de nuevo para que la cebolla suelte todo su jugo.
Pasar por un colador el jugo resultante. Verter en un cazo. Añadir la miel, y el sopicaldo, Mezclar y calentar de nuevo. Probad el condimento por si hubiera que rectificar. Reducir el líquido 1/4, o cuando notéis que el líquido espesa un poco. Se trata de concentrar el sabor.
Fuera del fuego añadid el espesante. No os paséis. Con una punta de cucharita es suficiente. Cuando enfría suele espesar. No obstante siempre se está a tiempo de añadir un poco más si es necesario.
La mantequilla da brillo a las salsas. Si queréis añadir un poco, hacedlo al final. Siempre fuera del fuego y sin volver a hervir la salsa. Yo no la he puesto en esta ocasión.
Otro plato con cerdo crujiente muy típico del sur de Londres
¡Qué aproveche!