Ahí, en ese edificio mítico, habita el éxito de Barcelona. Es La Masía, el taller de artesanos donde crecieron Guardiola y Messi, entre otros cracks. La escuela que, en la próxima temporada, cerrará sus puertas y se trasladará a un centro más amplio. “Este lugar nos dio muchos jugadores”, dijo el presidente Sandro Rosell. Sabias palabras. De hecho, la producción de La Masía fue destacada como “un ejemplo de empresa que alcanzó la excelencia”. ¿Cómo lo hizo? Así lo resumió el asesor de compañías Pablo Cardona: “Hay una profesionalidad que no te hace quedarte en la excusa si las cosas fallan, sino enfocar el trabajo hacia la acción. Y eso cohabita con valores que fortalecen la formación humana”.