Desde trigo, aceite y cecinas hasta bizcochos (de los que hablaremos más tarde), Miguel de Cervantes y la comida de la Armada Invencible están indisolublemente unidos.
No obstante, la tarea de dar de comer a unas 30.000 personas, embarcadas en alta mar y sin frigorífico a bordo, no resulta tarea nada fácil. A esto hay que unirle unas condiciones higiénicas pésimas e insalubres. De hecho, si el nivel general de higiene de la época dejaba bastante que desear, las condiciones a bordo eran todavía mucho peores.
Sir Willian Monton habló de los barcos españoles como "pocilgas y rediles en comparación con los nuestros (...),pues no había a bordo quien estuviera a cargo de fregar las cubiertas".
Por aquella época cada hombre era su propio cocinero y el responsable de preparar las raciones diarias suministradas en el barco por la intendencia. Sin embargo, el uso común era agruparse en cuadrillas de ocho a diez soldados llamados camaradas (sí, de ahí que hoy en día usemos esa misma palabra para designar a nuestras personas de máxima confianza).
Cada grupo de camaradas obtenían sus raciones individualmente supervisados por el escribano del barco, que debería luego de cuadrar sus cuentas, para luego cocinarlas por turnos en la cocina principal, usando sus propios utensilios de cocina y escudillas.
El menú de La Armada InvencibleTodos los embarcados recibían a bordo:
Diariamente:- 1 pinta y un tercio de vino
- Libra y media de bizcocho o 2 libras de pan
- 6 onzas de tocino y 2 onzas de arroz
- 6 onzas de queso y 3 onzas de alubias o garbanzos
- 6 onzas de pescado (atún o bacalao o calamar) o bien 5 sardinas.
- 3 onzas de garbanzos o alubias
- onza y media de aceite
- un cuarto de pinta de vinagre
Un menú no muy divertido ni variado, pero con unas cantidades suficientes y dignas. El menú de los ingleses no difería mucho del español, con la diferencia que ellos sustituían el vino por la cerveza y el aceite por la mantequilla (vamos, como hoy en día).
Los bizcochos de CervantesEl bizcocho no era entonces el bollo tierno y dulce en el que pensamos hoy en día, muy al contrario, se trataba de un sustituto del pan y era el alimento básico de La Armada Invencible.
Realizado con harina de trigo, se trataba de un pan sin levadura, a modo de torta, que se cocía dos veces a fin de deshidratarlo y aumentar así su tiempo de preservación. Al comerlo, se volvía a hidratar en agua o en vino para masticarlo y digerirlo con mayor facilidad.
¿Y qué tienen que ver los bizcochos con Cervantes?. Como decíamos al inicio del artículo, Miguel de Cervantes estuvo encargado del aprovisionamiento de la comida de la Armada Invencible, ejerciendo su cargo de comisionario de provisiones para la Armada.
En el desempeño de su cargo, el 15 de junio de 1588 recibió la orden de Antonio de Guevara (del Consejo Real de Hacienda) para que " yendo a la villa de Écija, haga moler y labrar bizcocho para dichas provisiones y para otros efectos importantes del servicio del Rey nuestro señor (...), teniendo entendido que Miguel de Cervantes Saabedra (...) lo hará con el cuidado y presteza que esto se requiere".
Según las cuentas de la Armada, se cargaron en los barcos 110.000 quintales de bizcochos (a 46 kilos por quintal...), así que Cervantes algo tuvo que ver mucho con la comida de La Armada Invencible...y con sus bizcochos.