Cerveza, ¿aliada o enemiga para los ciclistas?

Por Rafael @merkabici

Estamos a las puertas del verano, y las temperaturas comienzan a ser bastante elevadas. En esta situación, los fines de semana cuando salimos con la grupeta, ya sea en carretera o en montaña los fines de semana, es prácticamente imposible resistirse a tomarse una cerveza bien fría ya sea a mitad o al final de nuestra ruta. Hay infinidad de estudios que determinan que el consumo de alcohol en cantidades moderadas, principalmente de cerveza y vino tienen efectos beneficiosos para nuestro organismo. Pero si lo analizamos desde el punto de vista deportivo, ¿la cerveza sería beneficiosa o perjudicial?.
Para comenzar tendríamos que aclarar que es un consumo moderado de alcohol. Este consumo moderado depende de diferentes factores como si se es hombre o mujer, del peso corporal, la propia capacidad que tiene cada organismo para metabolizarlo, o si el alcohol va acompañado de comida. Podríamos determinar como consumo moderado de alcohol dos cervezas de 300cc en hombres, dos copitas de vino de 150 ml, y en mujeres la mitad, es decir un tercio de cerveza y una copa de vino en lugar de dos. Pero esto, como hemos comentado anteriormente es relativo porque depende mucho del organismo de cada uno.
Desde el punto de vista deportivo el alcohol en sí no nos aporta absolutamente nada beneficioso, porque el alcohol nos está aportando calorías vacías. Con vacías nos referimos a calorías que se van a transformar directamente en grasas, por lo que el beneficio va a ser nulo. Además el alcohol a partir de ciertas cantidades lo que va a provocar es la deshidratación en nuestro organismo.

Si nos paramos a analizar con más detenimiento la cerveza, es verdad que estamos ante una bebida alcohólica, y como hemos dicho anteriormente, el alcohol en sí lo único que va a hacer en la práctica deportiva es perjudicarnos. Pero la cerveza tiene otras características que la hacen especial. De hecho, existe un estudio que se realizó entre la facultad de medicina de la universidad de Granada y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en el que se llegó a la conclusión de que la cerveza tomada con moderación favorece la rehidratación y la recuperación del metabolismo después de realizar una actividad física. Y ahora vendría la pregunta clave, ¿por qué la cerveza siendo una bebida alcohólica favorece la rehidratación y la recuperación del metabolismo?
La respuesta de esta pregunta la tenemos que buscar en la propia composición de la cerveza. Y es que este líquido está compuesto principalmente por agua. Dependiendo del tipo de cerveza, hasta el 95% de su composición puede llegar a ser agua. Teniendo en cuenta que nuestro organismo está compuesto en un 60% por agua, y que el propio agua es el líquido que utilizamos principalmente para hidratarnos, es evidente que si la cerveza tiene un porcentaje de agua servirá también para ello.
Por estas razones, nutricionistas y expertos señalan que después del agua la cerveza sería la bebida más recomendable para la rehidratación.
En conclusión, la cerveza después de salir con la grupeta los fines de semana es totalmente recomendable para la rehidratación. Evidentemente la primera opción y la más fisiológica sería el agua, pero no nos vamos a sentar en una terraza de un bar después de haber hecho unos cuantos kilómetros con la bici y vamos a pedir una botellita de agua. Eso sí, siempre con moderación, y si hilamos muy fino lo ideal sería pedirla sin alcohol, ya que este último es el que realmente nos perjudica.