Entre ellas está que ayuda a prevenir el envejecimiento de la piel, ya que contiene vitamina B, ácido fólico y polifenoles —antioxidantes presentes en frutas y verduras—.
Entonces, gracias a estas propiedades, beber cerveza puede ralentizar la aparición de los radicales libres en la piel; estos son átomos muy reactivos que destruyen el colágeno y la elastina, proteínas que mantienen la piel firme.
Los antioxidantes que contiene la cebada horneada intercalan con las proteínas y azúcares que inducen la formación de radicales libres y así es como pueden ayudarnos a mantenernos jóvenes.
Desde luego que la cerveza no es el elíxir milagroso que acabará con los males de la humanidad, pero unos tarros de vez en cuando podrían ser de ayuda.